SI alguien quiere cuestionar la moral del jefe de la Policía Municipal de Chihuahua, que vea las fotos que el viperino les presenta, en donde el mero Jefe Salas, con todo y escoltas, dificultaba la vista de los pasos peatonales de Independencia y Ojinaga, nada más por no respetar las reglas que sí debemos respetar los ciudadanos de a pie.
Las imágenes corresponden al pasado miércoles por ahí de las 10:00 de la mañana, cuando una bola de uniformados dificultaban el tráfico vehicular y peatonal en pleno centro, y todo por facilitar el paso de su jefazo, sin importarles los asuntos de la ciudadanía que anda trabajando por la zona.
El punto es que los funcionarios y las funcionarias se siguen creyendo con derecho de violar reglamentos y leyes tan solo por la creencia de todavía creer en la existencia de ciudadanos de primera y de segunda, analfabetismo cívico.
Ojalá que los bravos elementos de la Dirección de Vialidad de Gobierno del Estado se atrevieran a multar al jefe Salas, director de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, por parar su vehículo y varios de sus escoltas en zonas prohibidas para cualquier cristiano, como si llegara el Papa.
La soberbia, ignorancia o naquéz de la gente del gobierno en turno, sólo son motivos para que la gente no les vuelva a otorgar el voto.
NEGOCIO en puerta de El Caballo
A ver… si creemos en la premisa de que nada en la política de México es casualidad, ni se otorgan posibilidades de negocio de a gratis, coincidiremos pues, viperinos, viperinas y viperines, en que el nombramiento del Caballo Lozoya, como secretario de las Comisión de Infraestructura del Congreso de la Unión, es casualidad o buena voluntad republicana.
El diputado plurinominal de “movimiento Ciudadano”, entre comillas por no ser movimiento ni ser ciudadano, fue motivo de orgulloso comunicado en las cuentas oficiales del partido, así como diciendo que es un honor que el Caballo y su camarilla hagan negocios a costa del erario federal, avanzaron de la región de Parra al plano federal, a los alcances del mañosote Dante Delgado.
Bien por el Caballo, salió repudiado de Parral pero su lana le alcanzó para ser diputado federal pluri, le encanta el foco y la cámara al pelao, que dicho sea de paso, es querido y odiado en Parral, donde sus habitantes pensantes (los tontos semianalfabetas no), tendrán la mejor opinión de su gestión.
Lo que sí dijo un fino amigo viperino ranchero fresa de esa ciudad tirándole a pueblo llamada la “capital del mundo”, en donde no hay jale ni trabajo bien remunerado, es que El Caballo es un Duarte chiquito, y va a hacer negocio con su nuevo encargo.
LA que hizo el ridículo en la Cámara de Diputados y a nivel país fue la chihuahuense Lilia Aguilar, diputada del PT quien será muy egresara de Harvard y dueña de un gran ego de supuesto conocimiento soberbio y profundo de la Constitución Mexicana que quiere reformar, pero… demostró que ni siquiera sabe cuántos artículos tiene la Carta Magna.
“La Constitución, dice el Artículo 145, solamente la puede modificar el Constituyente Permanente, el Constituyente Permanente que son dos terceras partes de esta Cámara de Diputados, dos terceras partes del Senado y la mayoría de los congresos de los estados ¡Eso representa el poder popular que tiene nuestro movimiento!”, dijo furiosa en tribuna la hermana de América.
Fue la cura, la comidilla nacional Lilia Aguilar que se las da de sabionda en todos lados, pues la Constitución Mexicana tiene solo 136 artículos. Muchos piensan que fue destacada alumna de la ministra burra Lenia Batres
El ridículo que la heredera de El Pasito hizo en la tribuna legislativa federal, se puede ver en la siguiente liga: https://x.com/raularagonloya/status/1851734354411569267?s=48 y que la juzgue la historia.