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Con el caso de la niña de siete añitos quedó demostrado que la «Plataforma Escudo Chihuahua” no es preventivo. No sirvió para rescatar a Camila de las manos de ese chacal antes que su mente enfermiza continuara con sus planes, ¿Oh sí?
Dicho programa y tecnología no permitieron alterar el entorno físico de manera que disminuyera al chacal su probabilidad de robarse a la menor en plena Avenida 20 de Noviembre, recorrer la Avenida Independencia, y perderse en la Teófilo Borunda (todas las avenidas céntricas, y llenas de cámaras de seguridad).
Las cámaras de seguridad de 120 millones de pesos no disuadieron al delincuente, ni disminuyó su sensación de temor.
Esto sucedió en alrededor de cinco o seis horas
Juan Manuel V.G., el pedófilo chofer del uber se desplazó hasta donde las cámaras de seguridad no llegan. Ahí, arrastró sus instintos de chacal, y lo video grabo con su teléfono celular. Agredió a la pequeña físicamente, asfixiándola con una cuerda de zapatos, hasta que la pequeña dejó de sufrir. Todo de una manera descarada.
Cabe plantearse las siguientes preguntas: ¿es realmente efectivo ese programa? ¿Disminuye la delincuencia o tan solo la desplaza a otra zona?
Quedó demostrado que no existe programa con una “prevención situacional» cuyo principal objetivo es reducir las oportunidades que el lugar entrega a un delincuente, haciendo que le sea imposible cometer cualquier acto.
El análisis muestra que las cámaras de video vigilancia tienen un impacto modesto en la delincuencia, y con ello no tiene un efecto preventivo, pero pueden servir cuando están unidas la seguridad policiaca, mejoras en la iluminación, etc.
Tal vez, a la Fiscalía General del Estado (FGE) si les sirvieron las cámaras de seguridad para sus investigaciones, dar con el responsable y hundirlo con varias evidencias que tomó el Escudo Chihuahua de 120 millones de pesos, pero a la niña Camila, no.