La madre de Qandeel Baloch, la joven paquistaní asesinada por su hermano hace unos días por “deshonrar” a su familia con sus publicaciones en internet, lamenta cómo acabó la vida de la joven de 26 años.
Azeem asegura en conversación con la BBC que la noche del asesinato, ella y su esposo fueron “drogados” por su hijo Waseem, el asesino confeso de su hermana.
“Mi esposo y yo nos quedamos profundamente dormidos. Habíamos tomado leche que estaba mezclada con sedantes”, explica.
“En la mañana llamé a Qandeel para el desayuno. Ella solía levantarse a tiempo todos los días, pero esa vez no se despertó”, agrega.