Por La Fare
El líder estatal del PRI en Chihuahua, Omar Bazán, se encuentra a fuego cruzado por personalidades de su propio partido, señaladamente la senadora Lilia Merodio, quien le reclama estar al servicio del Corral.
Ya en una anterior columna habíamos tocado el tema, con el reconocimiento de su capacidad de interlocución, su disposición a sentarse con los otros, a hacer política pues.
Es claro que como en cualquier actividad humana, la virtud se encuentra en el justo medio, como lo decía san Agustín, no esta mal que los políticos en lugar de que se encuentre siempre en el franco enfrentamiento y en la descalificación, se ponf¡gan a dialogar.
Lo quieren haciendo las ridiculeces de Guillermo Dowell y de Fermín Ordoñez, no han sido, saben o entiende, de leal oposición.
Partamos de una premisa, el PRI, el PAN, Morena, el PRD y otros partidos, técnicamente y teoricamente, buscan lo mismo, el poder par servir a los demás, no estoy diciendo que sea cierto, pero para eso se constituyeron, y en un sistema de partidos como el nuestro, son el instrumento para llegar al poder más eficaz, aun cuando algunos podrían poner el ejemplo de los independientes.
En ese contexto bueno fuera que se pensara en ganar el voto en base a propuestas y ejercicio de gobiernos pulcros, no en la descalificación del contrario y en terminar con el argumento vota por mi porque soy el menos peor.
Creemos firmemente, que la interlocución entre oponentes partidistas, es buena para todos, trae gobernabilidad. Para nada vemos con censurable la actitud de Bazán de ser capaz de sentarse con el propio gobernador y juntos hablar de los problemas del estado e incluso juntos buscar soluciones, cada quien en su propio ámbito y sus competencias. Bien por Bazán.