Tú podrías verte afectado incluso si tu negocio no tiene nada que ver con rollos de aluminio o losas de acero.
Primero, el precio de algunos productos que todo el mundo compra probablemente suba.
Ambos metales son materia prima crucial para automóviles, aviones y electrodomésticos fabricados en Estados Unidos. Las industrias de construcción, petróleo y servicios públicos los utilizan para vigas, tuberías y cables, así como también para latas de alimentos y bebidas.
No está claro cuánto caerán las importaciones si Trump cumple con los aranceles. Los expertos dicen que no está claro que la industria estadounidense existente pueda suministrar todo el acero y el aluminio ahora importados del exterior, ya que reiniciar las fábricas cerradas será difícil, costoso y podría tomar años en algunos casos.
Eso significa que los fabricantes pueden tener que seguir importando estos materiales y pagar los aranceles. Eso aumentará sus costos, haciendo que sus productos sean menos rentables, o si aumentan sus precios, menos competitivos.
Incluso si un fabricante estadounidense compra en fábricas de acero domésticas o fundiciones de aluminio, esas compañías podrían subir sus precios ya que no tendrán que preocuparse por la competencia de importaciones a bajo precio.
Más allá de eso, es probable que la disputa comercial con estos socios principales no se detenga con estos productos.
México y la Unión Europea ya se han comprometido a tomar represalias contra los productos estadounidenses con sus propios aranceles.
Por ejemplo, cuando los aranceles al acero y aluminio se anunciaron por primera vez en marzo, Europa señaló que estaba preparada para tomar medidas destinadas a motocicletas Harley-Davidson (HOG), whisky bourbon y jeans Levi’s en represalia. Los agricultores también podrían verse afectados por los aranceles impuestos a las exportaciones de alimentos.
Los aranceles también suelen ser una mala noticia para las acciones estadounidenses. El Dow cayó más de 200 puntos al mediodía del jueves.