A través del vidrio vio a un bebé recién nacido que no se movía ni para respirar, parecía sin vida. De inmediato, el oficial tomó su bastón y golpeó la ventanilla hasta romperla con el objetivo de sacar al bebé del auto.
En ese momento, al sentirlo inmóvil y frío, Short se dispuso a darle respiración de boca a boca. Entonces notó algo muy raro y cayó en la cuenta de lo que pasaba.