#VIDEO A 7 años de cumplir la condena de 26 por atentar contra Patricio Martínez, Victoria Loya revela detalles

Chihuahua.- Victoria Loya, la mujer que hace 18 años (el 17 de enero de 2001) habría disparado en contra del ex gobernador Patricio Martínez en las escalinatas de Palacio de Gobierno, asegura en entrevista exclusiva que por lo menos los seis primeros años al interior del Cereso de Aquiles Serdán vivió un infierno.

Le daban, dice trato peor que el que se le da a un animal salvaje por parte del personal del reclusorio y probablemente también de manos del mismo ex mandatario, quien no puede asegurar, pero casi está segura sí era él mismo quien la golpeaba seguido, como se asegura la «leyenda urbana», pero nunca logró verlo porque la sedaban. Al despertar tenía enormes moretones en todo el cuerpo, no tenía derecho a ningún tipo de visitas y permaneció aislada en una celada muy aparte de las demás reclusas.

 

Placa que se colocó en el sitió en el que cayó abatido el entonces gobernador el 17 de enero de 2001 tras recibir el impacto de bala.
Placa que se colocó en el sitió en el que cayó abatido el entonces gobernador el 17 de enero de 2001 tras recibir el impacto de bala.

 

Al preguntarle el motivo por el cual está presa, no duda en responder: “dicen que quise matar al gobernador”. -A cuál, se le inquiere. -“A Patricio. Patricio Martínez”.

-¿Y no fue así? –“No, la bala que le dio en la cabeza me pasó rozando por la oreja derecha”. Entonces quién fue “No sé, de repente todo fue confusión, gritos, sirenas. No tengo idea, yo también me asusté mucho”, asegura.

Enseguida se le pregunta qué hacía aquel 17 de marzo de 2001 en el Palacio de Gobierno, justo el día que Martínez García cumplía 53 años de edad. -“Llegué ahí para entrar al baño, estaba desempleada y buscaba trabajo. Sólo llegué al baño”, explica sin titubear. -¿Llevaba algún arma? –“No, ninguna”. -¿Había visto usted antes al ex gobernador? –“Nunca, sólo en televisión o en los periódicos, pero en persona no”.

Y continúa el cuestionamiento: -¿Él la vio?, ¿usted lo saludó? -“No, varios estudiantes se acercaron a saludarlo y los atendió, yo me pasé de largo, sólo iba al baño –insiste- y en eso se escuchó el disparo. Todos nos asustamos, muchos corrieron, fue un momento horrible”, dice con la mirada perdida, como evocando aquel momento que le cambió la vida.

¿Quién le pagó para que lo matara?, se le insiste. –“Nadie, responde tajante, yo nunca intenté matarlo”, ¿entonces porqué está encerrada? –“me echaron la culpa, pero no fui yo. Y para qué iba a querer matarlo, no tiene lógica. Todos saben eso, yo no fui”.

Según asegura, en una visita del ex mandatario estatal al área femenil del reclusorio, la única que ella recuerda, Patricio Martínez iba acompañado por alrededor de 40 hombres, el ex mandatario estatal le ordenó que se sentara en una silla y luego, entre «majaderías», la sentenció. “Aquí te vas a quedar veintisiete años… por lo menos… hija de la chingada…”

 

 

Cabe destacar que, según explica Loya, en ese momento aún no había recibido sentencia, pues apenas se llevaba a cabo el juicio en su contra. Pierde nuevamente la vista, hace una pausa, luego toma aire para continuar pero se detiene, hace otra pausa. No se le ve nerviosa, sino por el contrario, su rostro es sereno, se ve tranquila y no piensa mucho antes de contestar, sólo en esta última pregunta ha hecho una pausa prolongada que debe ser rota por otra pregunta.

 

No puedo asegurar que Patricio me golpeara, pero…

 

Dice que no sería capaz de asegurar algo de lo que no está completamente segura pese a tener muchos datos que la hacen suponer que era víctima de violencia física por parte del ex gobernador. Así, señala, no puedo asegurar que Patricio me golpeaba personalmente porque la sedaban, pero casi está segura de que sí ocurría.

Se le cuestiona si es verdad, como se llegó rumorar, si fue víctima de golpizas por parte del ex mandatario Martínez García y hace otra pausa, al parecer se esfuerza por recordar. Pero luego, sincera, reitera que por años la tuvieron sedada y encerrada sola en una celda oscura, por lo que no descarta que eso sucediera sin que ella se diera cuenta.

“No podría responder esa pregunta. Me tuvieron dormida por mucho tiempo, me querían volver loca ahí encerrada. No puedo asegurar que sí venía y me golpeaba, pero había quien eso me decía. Los medicamentos que me daban eran muy fuertes y no sólo me dormían, sino que aliviaban el dolor, así que casi estoy segura de que sí era él. Me odia sin razón».

A comparación del momento en el que ingresó al penal de San Guillermo Victoria luce muy regordeta. Es consciente de ello y por eso, cuando se le va a tomar una fotografía solicita que sólo salga su rostro “estoy muy gorda”. ¿Por qué no hace ejercicio como sus compañeras? se le cuestiona, -“No puedo. Me hicieron 6 operaciones en una rodilla y no puedo flexionarla bien. ¿Entonces qué actividades desempeña?, -“estoy en el taller de papel maché y hago otras actividades, pero definitivamente no puedo practicar ningún deporte”.

Tuvo prohibido recibir visitas de ningún tipo durante esos 6 años, asegura que ahora está contenta, pero luego señala: «¿y cómo no voy a estar gorda, luego de tanto sedentarismo? Seis años encerrada, por eso estoy así. Comenta que ahora, con los cambios que se han dado durante estos largos años en el Cereso sí puede recibir visitas de familiares, situación que antes le estaba vetada. No tiene hijos, pero comenta que una de sus mayores alegrías es poder ver a sus sobrinos cuando la visitan, al igual que a otros familiares.

Está contenta ahora, en comparación a ese lapso, dice que tiene buenas compañeras, que la respetan y ayudan en todo lo que necesita. “Aquí adentro tenemos que ser muy unidas. No nos tratan mal, no ahora con el nuevo director, pero sí es necesario que demostremos que no vamos a permitir que abusen de ninguna, por eso nos unimos”.

 

Recuerda con cariño a Gloria Trevi, dice que era su amiga

 

Al hacer memoria sonríe al comentar que lleva en su memoria y corazón a varias ex compañeras, pero le da especial alegría el hecho de que a pesar de estar recluida o a consecuencia de eso, le tocó conocer a Gloria Trevi, que aunque señala que no la veía muy seguido, pues reitera, siempre la tenían encerrada. La mayor parte de las veces que la ha visto es cuando la cantante ha regresado luego de su liberación y les ha llevado obsequios para ellas y sus familias.

 

 

¿Qué tal es la Trevi? Se le pregunta. – «Es muy buena onda», asegura al tiempo que esboza una sonrisa. ¿Le regaló algo cuando estuvo aquí o cuando ha venido? -Sí, varias cosas. Tanto para mí como para mis sobrinos, ella es buena gente, buena compañera y no nos ha olvidado. Era. bueno es mi amiga.

Estar en la cárcel es muy difícil, y peor si uno es inocente como yo. Pese a eso, dice que ahora está agradecida con los directivos actuales, pues la han insertado de manera normal en el área femenil de San Guillermo. Tiene planes para cuando salga del penal, aunque para ello faltan alrededor de 15 años. Se niega a proporcionar la edad, dice que eso no se le pregunta a una dama y luego comenta que uno de sus objetivos al salir es poner algún negocio, no tiene claro qué quiere vender, pero no duda en decir que eso es lo que hará.

 

Celadores y directivos aseguran que no está bien de la cabeza, que no hay que creerle todo.

Los directivos y sus compañeras señalan que es una interna que se porta bien, no da problemas y advierten que probablemente sufre algunos trastornos mentales, sobre todo por el encierro que sufrió y las altas dosis de medicamentos que le suministraban para sedarla.

Al final de la entrevista, los celadores y funcionarios del penal hace el mismo comentario, dice que no todo se le puede creer, refiriéndose en especial a las respuestas que dio sobre Patricio Martínez, motivo por el cual se le pregunta: ¿entonces está loca?, y responde: algo así…

Entonces –se le dice- por qué está aquí, si está loca debería estar en una clínica de salud mental y no en un Cereso, así lo marca la ley, ¿o no?

–Pues sí, responde el encargado de vigilarla-cuidarla, quien pide se omita su nombre. Finaliza la entrevista y el hombre no vuelve a emitir ningún comentario respecto a la reclusa tras recibir una orden por radio que es inaudible para los presentes, excepto para él, quien baja el volumen del radio y lo pega demasiado a su oreja derecha.

Related Post