Acciona Gobierno estrategias para evitar violencia obstétrica

CHIHUAHUA, CHIH.-  Como casi todas las violencias que sufren las mujeres, la violencia obstétrica ha sido por muchos años normalizada, sin embargo, la Ley Estatal del Derecho de las Mujeres a una Vida libre de Violencia la define como “Todo acto u omisión intencional por parte del personal de salud, que dañe, lastime o denigre a la mujer durante el embarazo, parto y puerperio, negligencia en la atención médica, y práctica del parto vía cesárea, sin consentimiento”.

Laura Delgado Acosta, responsable del Programa de Prevención y Atención de Violencia Familiar y de Género del Consejo Estatal para la Prevención y Atención para la Violencia Intrafamiliar (CEPAVI), aseguró que desde hace tres años, se capacita al personal médico de los Servicios de Salud, a través de la promoción del ”Buen trato” en las salas de obstetricia.

“La idea es ir disminuyendo las quejas en este sentido, y sensibilizar al personal sobre las circunstancias que puede estar viviendo cada paciente, para que sea más humano, y consciente de que como personas del servicio público, la prioridad es inyectarle calidad a la atención ”, externó.

Delgado Acosta, puso como ejemplo de violencia obstétrica, el caso de una mujer embarazada cuando acude a solicitar atención médica, y es ignorada por diversas circunstancias, e incluso puede ser víctima de burlas, comentarios hirientes, como el hecho de que le pidan que se calle o que deje de quejarse.

Adriana Navarrete, psicóloga de CEPAVI, agregó que otra de las formas en que se presenta la violencia obstétrica, es cuando a las pacientes o a sus familiares no se les brinda información precisa; o bien, otros casos que han ido cambiando paulatinamente, cuando a la paciente no le era posible decidir por sí misma, sin el consentimiento de su pareja, que método anticonceptivo usar caso concreto, el ejemplo el Dispositivo Intra Uterino (DIU).

La especialista en violencia de género, señaló que pueden darse casos en que el personal médico y de enfermería son muy agresivos o ignoran totalmente a las pacientes, sobre todo a aquellas que ven más vulnerables debido a su estrato social y económico, o a quienes no hablan español, como las mujeres de los pueblos originarios.

“Muchas veces llegan a la unidad de salud, y quienes las atienden, desconocen por lo que están pasando, ya que algunas vienen desde muy lejos, cansadas, de poblaciones en donde el acceso es difícil, o donde el marido no sabe que acuden con el médico”, puntualizó.

Alma Nevárez Bustamante, del departamento de Trabajo Social, destacó la importancia de la capacitación del personal, para que las atiendan de manera profesional y con apego a los derechos de las mujeres, de una forma más humana, enfatizó.

“Siempre existe la posibilidad de la resistencia, es común, como en otros tipos de violencia, y más en este caso en que estamos tratando con personas de ambos sexos, también hay temor a las denuncias”, abundó.

“Gracias al trabajo de prevención que se ha hecho, cada vez más personas identifican la violencia obstétrica, porque como la mayor parte de las violencias que sufren las mujeres, por mucho tiempo había estado naturalizada, y cuando las mujeres recibían maltrato, se aguantaban, hasta ahí quedaba, no sabían que podían pedir ayuda”.

Este tipo de violencia implica una violación a los derechos humanos de las mujeres y por lo tanto, se puede interponer una queja administrativa al interior de cada dependencia, e incluso dependiendo de los resultados de un análisis concreto, un caso puede encuadrar en un delito penal.

A partir del año 2014 y hasta la fecha el CEPAVI, a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, ha impartido 48 talleres sobre promoción de “Buen trato” en salas de obstetricia, al personal médico y de enfermería de los Servicios de Salud en el Estado.

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