Noticias de Chihuahua.- Algunos con mayor majestuosidad y estilo que otros, pero todos chidos y con mucha historia, descansan y poco a poco mueren en su letargo los elefantes blancos del centro. Edificios viejos y no tan viejos pero todos abandonados casi en su totalidad, en un sector que intenta revivir.

Con vidrios rotos en sus cuatro pisos, despintado, y marcos y ventanales que hace décadas ya se consideraban de antaño, el centro médico de las calles Segunda y Ojinaga se deteriora. Sólo están ocupados espacios de la planta baja, mientras que de un costado cuelga un anuncio que ofrece en renta o en venta el inmueble.

En Cuarta y Morelos se encuentra el cascarón del Edificio R. Levin, que data según la información de fachada del 22 de octubre de 1940. Cuentan que hace muchos años estaba ahí la paletería Oso Blanco, luego la paletería Dumbo. Cuentan que en los años noventa intentaron convertir el edificio en un hotel Boutique pero sus dueños quebraron por la crisis de 1994, y hay quienes afirman haber ido a fiestas punk en su interior que en la actualidad está bandalizado y con mucho grafiti.

En Independencia y Allende se encuentra el armatoste en donde nada más nada pega, pues han intentado varios negocios y oficinas que no prosperan sobre todo por la falta de estacionamiento. Dicen que en 2012 la construcción del túnel de la Independencia sentenció su destino, aislándolo para desgracia de sus dueños.

En Independencia y Morelos está el otro armatoste, elegante inmueble denominado Edificio La Nacional, donde han funcionado incluso escuelas de arquitectura y ahora se vende como espacios para departamentos, aunque sin mucho éxito, porque pasan los años y su deterioro es notable.

Resulta tétrica la casa de Morelos número 418 donde hasta telenovelas se han grabado, son de esos inmuebles bonitos que aunque estén casi en calidad de tapias, llaman mucho la atención por sus marcos y detalles de cantera, que hacen juego con un bonito balcón, pórticos, figuras y columnas. Todo parece indicar que lo están habilitando para un proyecto.

En la zona peatonal de Independencia, entre Ojinaga y Aldama, está el pequeño y simpático edificio comercial entre un banco y las oficinas de Protección Civil Municipal. En su exterior continúa el anuncio de una tienda denominada en su momento “Petra”, y lleva años con el anuncio de cierre temporal.

De seis pisos y una lujosa suite en su límite superior, en la calle Quinta y Ojinaga está el edificio Ornelas, propiedad del ex gobernador Oscar Ornela Kuchle, que desde 1986 se rentó a la delegación del ISSSTE.

Cuenta con sótano y cuentan quienes lo conocen que el deterioro exterior es equivalente al del interior, y que en sus últimos años funcionales el elevador se atoraba seguido y las instalaciones eléctricas y tuberías eran un dolor de cabeza para los usuarios. Alguna vez también estuvo un restaurante llamado Gilbertos.

En Séptima y Allende está un enorme edificio con anuncio de venta que hace décadas funcionaba como el Hotel San Agustín, cuya superficie y pisos rodean a la iglesia Puerta Abierta. Ahora es puro cascarón y según el vox populi, se trata de un sitio donde espantaban. Como a su interior se brincaban personas con problemas de consumo de drogas, el 25 de octubre de 2018 ocurrió un incendio en su interior y sus dueños decidieron tapiarlo.

Inversionistas inmobiliarias esperan que la reactivación del centro también reactive estos espacios verticales que día tras día despiden un poco más de polvo, en donde a cada minuto su estructura de se debilita y amenaza con borrarlos del entorno habitual.