PUES en la comunidad de Santa Bárbara andan sacando las marranas políticas electoreras por redes sociales, y es que pueblo chico, infierno grande.
Se indica que el bueno para la alcaldía era el empresario Ricardo Salcido, quién ya tenía todo armado para ganarle a cualquier que se le pusiera encima, pero hubo amenazas de por medio. Ello fue comentado al dirigente del PRI, Alejandro Domínguez, pero se hizo de la vista gorda, o bien hasta lo implican. No vio necesario mover la maquinaria del Estado, pues anda muy ocupada en su campaña, y sus amigos en Gobierno solo mascan sus intereses.
Pues esto motiva a que Ricardo Salcido quede fuera del proceso electoral en Santa Bárbara, y agarren al coordinador de campaña de Xóchitl Gálvez en esta localidad, Raúl Alberto «Bebo» Antuna Ulloa como candidato a la alcaldía.
La raza está molesta con esa designación, ya que Bebo Antuna es más de lo mismo, ósea lo peor, ya que lo señalan de nunca haber hecho nada por Santa Bárbara pues le encanta hacer negocios pero fuera de la comunidad. También se le conoce más por sus fechorías que por sus aciertos, y lo culpan de haber sacado a Salcido.
DIPUTADOS de todos los colores, sabores, filias y fobias a cada rato se suben a la tribuna legislativa para abogar por los “hermanos migrantes”, se desgarran las vestiduras pidiendo respeto a los derechos humanos de niñas, niños, mujeres y hombres que vienen de los diferentes países buscando el llamado “sueño americano”, pero… pero en la práctica es diferente.
Resulta que las autoridades del Congreso colocaron una malla color naranja que abarca desde la entrada y da toda la vuelta por la calle Cuarta, para que no se asienten las familias a descansar en la amplia banqueta del edificio donde despachan los diputados. Ahora sí que les pusieron un muro como el mismísimo Donald Trump.
La malla lleva ya casi dos semanas, tiempo en que se ha incrementado la presencia de grupos de migrantes que bajan del campamento de la Juan Pablo II al centro, al principio dijeron que era para labores de mantenimiento pero pronto “salió el peine”, y resulta que a los burócratas del Congreso no les gusta la imagen que darían indigentes y migrantes descansando en la banqueta. “Primero los pobres” pero de lejitos, “política humanista” para los que traen billetes.
RESULTA que la cadena de precios altos y tiendas por todo Chihuahua que en su momento Patricio Martínez salvó de la quiebra, Al Súper, tiene un colegio a través del cual la familia Mares y sus socios deducen impuestos al por mayor, se llama ‘Colegio Alsuperarte’, donde a los que no dejan superarse es a los alumnos que les detectan algún grado de autismo y hasta los corren.
Por discreción no vamos a revelar el nombre del alumno que corrieron antes de salir de vacaciones de semana santa, por padecer el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDA), uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes de la niñez, pero lo que sí vamos a decir, es que la cadena y la dirección de la escuela se conducen con total hipocresía y doble moral.
Por un lado, publican en sus redes sociales un mensaje hermoso sobre el 2 de abril, Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, en el que parecen ser una institución noble, sensible y comprometida, y por el otro, borran de sus listas a chavitos que necesitan esa sensibilidad y compromiso, que en la realidad nomás no dan.
¿Pues en manos de quién dejó el señor Mares su colegio? Se supone que deben cuidar el changarro, pero al parecer andan más ocupados por las ofertas de cuaresma. Ni Tronchatoro se atrevió a tanto, dijo el viperino infantil que pasó el dato, molesto porque ya no podrá jugar con su amiguito. En una nada y les cae la Conapred