“Archivo mis huevos… pendejo”; la penúltima de Patricio Martínez cuando era gobernador

**Una crónica que hubiera querido publicar hace 15 años; pero no se podía

 

Chihuahua.- Con los ojos encendidos de ira, el aún gobernador de Chihuahua, Patricio Martínez García, se levantó de la pequeña barda en la que se había sentado para atender a la prensa, mientras exhalaba la bocanada de humo de su boca tras sentir el flash de la cámara del fotógrafo Silvestre Juárez de El Diario de Chihuahua mejor conocido como “Silver”.

 

Había sido toda una mañana acompañado de la comitiva de prensa que estaba integrada ese día por personal de cuatro o cinco medios al momento en el que el mismo mandatario le habló al reportero de El Heraldo, quien de alguna manera, por experiencia encabezaba a los demás, para ofrecerle hacer de una vez las entrevistas, luego de ver que era tarde y faltaba aún realizar un recorrido por el recién remodelado hospital general del Estado, Salvador Zubirán en octubre de 2004.

 

“¿De una vez no Toño? Luego me los regañan por la hora de cierre y todavía falta, además del recorrido, el evento protocolario”, dijo Martínez García a Antonio Rosales.

 

Los reporteros, que como ya se mencionó eran cuatro o cinco, además del fotógrafo de El Diario citado también con anterioridad, siguieron al jefe del ejecutivo que lucía entonces libre. Tan libre que había llegado a pie al hospital, luego de inaugurar el cableado subterráneo del primer cuadro cerca del cruce de las calles Aldama y 21ª.

 

Antes de atender las preguntas de la prensa se quitó el saco que llevó puesto durante la caminata antes mencionada y se lo pasó con la mano izquierda a uno de sus guardaespaldas. Mientras, con la mano derecha, le hacía una seña que éste entendió a la perfección en apariencia, ya que de la bolsa de su camisa sacó una cajetilla de cigarros Marloboro, de los cuales Patricio Martínez tomó uno.

 

Antes de prenderlo con un encendedor que sacó de una de las bolsas de su pantalón, con tono amable pero firme, pidió a los periodistas a manera de favor: “¿nomás sin fotos no? pa’ echármelo a gusto. Todos, con excepción de uno, asintieron tras entender que más que una petición, se trataba de una orden tácita.

 

Enseguida el mismo Antonio Rosales se adelantó a la reportera de El Diario de Chihuahua, Silvia Macías Medina, al lanzar la primera pregunta, y justo en el momento en el que Patricio exhalaba la bocanada de humo del cigarro que degustaba, sintió en su rostro el flash de la cámara de Silver quien por lo menos tomó un par de fotografías a pesar de la petición-orden.

 

Martínez García se olvidó de la respuesta que estaba a punto de dar. Fue endureciendo su mirada, su mandíbula y en general su rostro.  “¿Qué pasó güero? ¿Qué pasó güero? ¿En qué quedamos” dijo el aún gobernador guardando la compostura.

 

El fotógrafo sonrío por unos segundos y la respuesta le salió casi espontánea: “Son para mí archivo señor. Mi archivo personal, no para El Diario”.

 

Patricio se levantó y antes de avanzar cuatro o cinco metros volteó y tras lanzar el cigarro contra el fotógrafo y los periodistas en general sentenció “¿Archivo? ¡Archivo mis huevos pendejo!, mientras se alejaba al pódium en el que se llevaría el acto protocolario por la remodelación del hospital; a la vez que se acercaban al fotógrafo un par de los guardaespaldas para solicitarle el rollo con el material gráfico.

 

Ni el mismo ex gobernador a tres semanas de dejar el poder en manos de su sucesor, José Reyes Baeza Terrazas, imaginó que aquella mañana de arduos trabajos en el que lo acompañaron el entonces alcalde Alejandro Cano, el superintendente de la Comisión Federal de Electricidad y el titular de Salud, terminaría de esa manera.

 

Antes, como ya se dijo, se le vio relajado como pocas veces. No fue poca la gente que se le acercó para pedirle una fotografía o saludarlo, principalmente, además de llegar a un puesto de papas fritas que se ubica aún en las calles Juárez y 29, no sin antes haber saludado a locatarios de El Pasito, sin que nadie reprimiera en dicho lugar a la prensa por tomarle fotografías al mandatario. Algo que hasta la fecha de alguna manera está prohibido.

Por: Héctor Antonio García Nieto

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