TODOS hablan del milagro en Ciudad Juárez, ese que duro menos que un capítulo de la Rosa de Guadalupe, y es que nadie le cree nada al alcalde, Armando Cabada.
En diez días logro curarse del COVID-19, y la raza de la frontera asegura que el anuncio de su supuesta enfermedad fue solo para llamar la atención camino a la gubernatura de Chihuahua.
Ahora los juarenses exigen que Armando Cabada use el plasma convaleciente al ser una persona recuperada con COVID-19. Este funcionamiento se está utilizando contra esta enfermedad en todo el mundo, y Chihuahua no es la excepción
Es por eso que le hacen un llamado a donar plasma, ya que además de ayudar a salvar vidas, se apoya a la investigación de alto nivel que existe en México, y Chihuahua.
HABLANDO de milagros, en el Municipio de Belisario Domínguez dejaron de tener miedo al Covid-19 desde el lunes pasado. Ante ello, y el desafío que hizo su alcalde al Estado, ya vienen las consecuencias.
La raza de esa localidad ya circula en las calles sin mayor temor al contagio, comen dentro de sus pequeños restaurantes, y ese será el problema.
El Estado nomás está esperando que se normalice todo y sientan que no pasa nada para llegar para llegar echando latigazos, y empezar a clausurar.
Así mismo el COVID-19 caerá en dicho Municipio esta semana, afirman, esto a pesar que hace más de 15 días hubo un funeral, donde hubo muchos contagios, pero esto se ha mantenido muy reservado.
Para su presidente, ellos ya entraron como uno de “la esperanza”, y no se van esperar a reactivar la economía hasta el 1 de junio.
DONDE comenzaron también a relajar medidas para evitar contagios en el transporte público, pero de se se dice poco.
Aun cuando quedó asentado como parte de un decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado, la obligatoriedad para los usuarios del transporte público para portar cubrebocas antes de subir a cualquier unidad, empieza a verse incumplida.
En el anuncio realizado el mes pasado por el gobernador del Estado Javier Corral, respecto a las medidas a seguir en el transporte público, se determinó que los usuarios tendrían como obligación el portar cubrebocas, so pena de impedírseles el paso, pero ahora en medio del pico más alto, de acuerdo con la estimación sanitaria, los usuarios empiezan a violar este mandato y los operadores a pasarlo por algo.
Además, si bien en algunas unidades se colocaron cintas amarillas para cumplir con la sana distancia, en otras esta solo se observa hacia al chofer y algunos pasajeros viajan ni tan sanos ni tan distantes.
Algunos pasajeros incluso se han quejado que de por sí las nuevas unidades que incluyó el gobierno a la ruta troncal del sistema de transporte, a los que arbitrariamente la gente les llama “bowi”, son menos espaciosas que las unidades antiguas, es decir, las de color rojo, ahora debería haber más espacio entre los pasajeros.
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