“Quiero ser muy claro: Nadie pide que se reprima la protesta, sino que se respeten los derechos de todos por igual y se proteja a la población. El diálogo debe prevalecer, pero no a costa de la ley, el orden y la tranquilidad pública, y menos aún si quien paga los costos y las pérdidas es la sociedad, son los ciudadanos”, señaló en su comentario semanal.
El conflicto está generando afectaciones muy serias y cuantificables en una muy diversa gama de actividades. A los problemas de desabasto de productos básicos en las zonas donde se concentran las movilizaciones, se agregan los que padecen varias ramas industriales, comerciales y de servicios en regiones amplias e incluso con repercusiones nacionales, debido a bloqueos de carreteras, puertos y ferrocarriles.