Ciudad japonesa se queda sin ninjas, un trabajo que paga US$85.000 al año

A pesar de que puede sonar como el trabajo más interesante del mundo, y de que el salario astronómico es atractivo para cualquiera, la ciudad de Iga, a 420 kilómetros al suroeste de Tokio, está sufriendo una escasez de ninjas. 

La ciudad depende en gran medida del turismo, ya que la población crece en 30.000 personas cada año a medida que los visitantes acuden al festival anual de ninjas.

 Mientras que las principales ciudades de Japón están experimentando un auge turístico, las ciudades rurales como Iga se están quedando atrás en esta lucha por atraer a los visitantes y sus billeteras.

El alcalde de Iga, Sakae Okamoto, está promoviendo el patrimonio ninja de la ciudad con el objetivo de atraer más turistas y ha recibido fondos del gobierno central japonés para reubicar el ayuntamiento de Iga, construir un SEGUNDO museo de ninjas y, por último, pagar por más ninjas.

¿Quién quiere ser ninja?

El salario para aquellas personas que deseen incursionar y dedicarse al arte ninjitsu oscila entre los US$23.000 y los US$85.000, y ni siquiera así hay suficientes postulantes para postergar la tradición. En realidad se consideran unos “artistas ninjas”, porque los ninjas verdaderos, en el sentido real de la profesión, no existen más hace muchísimos años.

De acuerdo a Sugako Nakagawa, curador del museo de los ninjas de Iga, “ser ninja no depende de una clase o de una tradición hereditaria. Nadie podría convertirse en ninja sin un fuerte entrenamiento. Es por eso que han desaparecido silenciosamente de nuestra historia”.

Por lo tanto, si te apetece vestirte como un ninja y pretender ser un ninja por un salario bastante alto y mucho beneficios en la ciudad, entonces te conviene mudarte a Iga.

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