“CUANDO veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar” dice el dicho que aplica a la situación de Alito Moreno y los actores políticos de oposición, ahora que Morena comenzó la persecución de opositores.
Dicen que varios funcionarios del Gobierno del Estado andan sacados de onda porque de llegar Morena al gobierno, podrían encargar varias órdenes de tacos, con dedicatoria y nombre como despachan los cafés en el estarbucs, a donde les gusta mucho ir.
Pero bueno, parece que a la oposición no le ha caído el veinte de que así como la gente ahora persigue corralistas, Morena en el poder se pondría a perseguir maruístas sin importarles procesos, ni formas ni la ley misma, sin mencionar que debe haber quienes sí traigan una larga cola de elementos imputables.
El caso de Alito Moreno es grave, es burda y vulgar persecución de opositores políticos, porque si de combatir la corrupción se tratara, medio Movimiento de Regeneración Nacional estaría en el bote. ¿A poco no?
CON tonos y ademanes de casi religioso e histriónico purismo, la diputada de Morena Leticia Ortega presentó el martes la iniciativa de Ley de Austeridad del Estado de Chihuahua, con el objetivo de cuidar y chiquitear, y hacer rendir al “máximo” el dinero público.
¿A poco sí, diputada? Dijo un viperino del público asistente, incluso asesor de Morena, quien se preguntaba si el purismo de Ortega Máynez aplicaría, por ejemplo, al momento de recibir el jugoso y próximo aguinaldo, o su generoso salario mensual.
La austeridad en los bueyes de mi compadre, respondió un viperino informativo, de esos que nomás van y toman café al Congreso pero nunca se les ve trabajando pero cuentan buenas charras y agarran las curas. Abundan.
Habrá que preguntarle a Leticia, pues, si la austeridad franciscana corresponde a lo que acumula en sus cuentas bancarias o si estaría dispuesta a reducir su sueldo a la mitad o menos, en congruencia a su iniciativa. Morena y sus alucines.
Y ya que andamos por el Congreso de Chihuahua, resulta interesante y morboso destacar que podría ser una isla de rebeldía, por la falta de disposición de la mayoría a realizar los cambios a la Constitución local, que ordena la Reforma Judicial.
Los cambios a la constitución y leyes secundarias como la electoral y la que rige al Poder Judicial, serían sobre todo en la elección de jueces y magistrados y modificaciones a las áreas, de dicho poder, entre otras.
A partir de que la Corte bateó las controversias constitucionales que promovieron el Congreso en mayoría y el TSJ contra la Reforma Judicial, el panista Alfredo Chávez agilizó su declaración en el sentido de que no contaran con ellos para hacer los cambios a las leyes locales y la Constitución de Chihuahua, y que como no hay mayoría calificada para Morena y aliades, que le hagan como quieran.
El de Chihuahua como los demás congresos estatales tiene hasta 180 días para hacer los cambios o consumar su rebeldía y así caer en desacato contra Sheinbaum que caería en desacato a AMLO que caería en desacato a Nicolás Maduro… Veremos si los diputados de Chihuahua doblan o no las manos.
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