Congelar a México

En contra de la consigna oficial de mover a México, cuando todo sexenio de gobierno en este país comienza su descenso –así ha ocurrido en otras administraciones y no será distinto con la actual- ante la pregunta de uno de los trescientos jóvenes, convocados a excusa de variar el formato del informe presidencial, sobre la iniciativa de matrimonios igualitarios para agregarla al texto de la Constitución. Enrique Peña Nieto bateó la pregunta argumentando que el asunto estaba en el Congreso y ahí se discutirá. La iniciativa se envió a la congeladora y a otra cosa mariposa.

Iniciativa lanzada el 16 de mayo pasado*, suscrita por el Presidente con audacia dados los intereses eclesiásticos que tocaba. En ese momento se sugirió como un proyecto para restarle negativos al gobierno federal. Después de la estrepitosa derrota del PRI en las elecciones del 5 de junio el dicho se invirtió, la iniciativa de ley afectó y mermó el caudal de votos para el PRI. Ambas afirmaciones especulativas no se ha demostrado. Lo demostrable fue el activismo clerical durante ésas elecciones y la contraofensiva posterior de la iglesia católica, quien se mofo de Peña y se adjudicó la manufactura del revés priísta. Humillaron al Presidente y éste reculó: ya no es cosa mía, está en las manos de los diputados.

Una iniciativa audaz vuelta temerosa, los diputados priístas no están dispuestos a llevarla a su conclusión modificatoria de la Constitución. La jerarquía eclesiástica lanzó a las calles en varias ciudades del país a sus feligreses el 10 de septiembre y lo volverá a hacer el próximo sábado 24. El gobierno no puso a disposición el aparato propagandístico que posee para difundir la iniciativa, tal como lo hizo con las reformas estructurales. Tiene en la secretaría de gobernación una cabeza de sector para defender su propuesta y no lo hace.

Un poder fáctico reta al Presidente y éste se hace para atrás, está pasando lo mismo de las leyes anticorrupción, que cuando el sector privado se sintió afectado de inmediato protestó y echó abajo el clausulado que no le convenía. En modo alguno pretendo sugerir que Peña Nieto no sabe hacer uso del poder. Sabe muy bien para que lo quiere: para hacer linajuda a su familia y ponerla a resguardo del contacto con los “proles”, para enriquecer a los leales y para servir a los poderosos.

Qué bonita república. Se entiende por qué le resulta complicado al Presidente entregarse al pueblo en los festejos patrios y tener una convivencia de verdad. Mal signo el distanciamiento entre el gobernante y sus gobernados. Un gobierno desentonado del sentir popular, un equipo de gobierno desafinado, en sentido contrario de la supuesta estrategia “México en Paz”.

Salud y larga vida y luchar para vivir.

@profesor_F

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