Noticias de México.- Fue un 30 de mayo, cuando Juana Barraza declaró que su motivación de los crímenes había sido su necesidad económica, pero después de un poco de presión por parte de los agentes, la detenida admitió odiar a las mujeres mayores pues le recordaban a su madre quien siempre la había maltratado.
Barraza tuvo una infancia difícil y abusiva, con una madre alcohólica que la vendió a un hombre a cambio de tres cervezas. Este hombre la violó y la maltrató, experiencias que dejaron profundas cicatrices en su vida.
Barraza trabajó como luchadora profesional bajo el nombre de “La Dama del Silencio” y también se ganaba la vida como vendedora ambulante. Entre finales de la década de 1990 y principios de la de 2000, cometió una serie de asesinatos en la Ciudad de México, enfocándose en mujeres mayores que vivían solas. Utilizaba su fuerza y su apariencia de asistente social para ganarse la confianza de sus víctimas antes de estrangularlas.
Fue arrestada el 25 de enero de 2006 y posteriormente condenada por 16 homicidios y robos agravados. En marzo de 2008, Juana Barraza fue sentenciada a 759 años de prisión. Su caso llamó mucho la atención por la brutalidad de los crímenes y por el hecho de que los asesinos en serie son raros en México.