El presidente ruso, Vladimir Putin, decretó este miércoles una semana no laborable del 30 de octubre al 7 de noviembre para intentar frenar los contagios de coronavirus y instó a los ciudadanos a vacunarse.
Por supuesto, apoyo la propuesta de tener una semana no laborable del 30 de octubre al 7 de noviembre”, dijo Putin durante una reunión con autoridades sanitarias.
El mandatario pidió a los rusos, muy reacios ante la vacunación, a “ser responsables” y sumarse a la campaña de inmunización.
Rusia acumuló en las últimas 24 horas su tercer récord de muertes diarias por covid-19 con más de mil decesos.
El grupo de trabajo gubernamental reportó mil 28 decesos durante la última jornada, la cifra más alta en el país desde el inicio de la pandemia.
La semana libre decretada por el gobierno a partir del 30 de octubre se ampliará a la semana siguiente, cuando cuatro de los siete días ya son feriados estatales.
La mortalidad por el virus lleva semanas al alza y superó las mil personas diarias por primera vez durante el pasado fin de semana, ante la baja tasa de vacunación, el escaso cumplimiento de las precauciones de seguridad y las reticencias del gobierno a endurecer las restricciones.
Unos 45 millones de rusos, el 32% de sus cerca de 146 millones de habitantes, recibieron ya las dos dosis de la vacuna.
Aunque Rusia fue el primer país del mundo en autorizar una vacuna contra el coronavirus en agosto de 2020 y hay plena disponibilidad, los rusos han mostrado reticencias hacia ellas, un escepticismo que se atribuye a los mensajes contradictorios de las autoridades.