Al incrementar las expectativas de vida, la población mundial se enfrenta a enfermedades como la osteoporosis, la cual afecta todos los huesos del esqueleto, produciendo pérdida de masa ósea y un deterioro de su microarquitectura.
Todo esto supone un aumento de la fragilidad de los huesos, lo cual lleva a un mayor riesgo de sufrir fracturas, convirtiendo la osteoporosis en una enfermedad crónica y progresiva.
La osteoporosis no produce síntomas hasta que aparecen sus complicaciones. La detección precoz es indispensable para prevenir esta enfermedad con efectos tan catastróficos como pudiera ser un aplastamiento vertebral o una fractura de cadera, con un costo social y económico muy elevado.
La mejor forma de prevenir esta enfermedad es con una alimentación equilibrada rica en calcio y vitamina D, además de realizar ejercicios.
La densitometría ósea de columna y cadera es el método diagnóstico que nos permite cuantificar la densidad mineral ósea y monitorear el tratamiento.