Noticias de México.- El próximo 1 de octubre, Claudia Sheinbaum asumirá el poder en medio de una encrucijada sobre la gestión fronteriza de México, heredada de la Administración de López Obrador y propuesta por Estados Unidos. López Obrador señaló que México debe aceptar la deportación de ciudadanos no mexicanos, que actualmente ronda los 30,000 por mes.
Stephanie Brewer, de WOLA, sugiere que el nuevo gobierno debería buscar acuerdos que no se basen en devoluciones masivas, ya que estas solo aumentan el sufrimiento y no detienen la migración. A pesar de las promesas de reforma del presidente Biden, muchas medidas antiinmigración de Trump siguen en vigor, incluida una orden ejecutiva que cierra la frontera tras 2,500 aprehensiones diarias durante una semana. Además, Biden ha aumentado las deportaciones, con un promedio de seis vuelos diarios.
Brewer critica que el modelo actual no beneficia a nadie, ya que aumenta la población en el norte y el sur de México debido a los movimientos de personas detenidas. López Obrador elogió a Biden por no construir muros, sino puentes, destacando los nuevos proyectos de infraestructura fronteriza discutidos en una llamada telefónica reciente.
Analistas advierten que la estrategia actual podría empeorar si Trump vuelve al poder, ya que podría reanudar las exigencias y la imposición de aranceles. José Rodríguez-Sánchez, del Instituto Baker, menciona que Sheinbaum deberá definir su postura sobre la crisis fronteriza, sugiriendo que podría buscar cooperación con Estados Unidos y más visados para trabajadores temporales, dependiendo de quién ocupe la Casa Blanca en 2025.