Dormir en camas separadas, el sueño de muchas parejas

NUEVA YORK.

Le llaman divorcio de alcoba. Y dicen que es la clave para dormir mejor.

Quizá Lucy y Ricky Ricardo (y los censores de la televisión) siempre estuvieron en lo correcto: debes dormir en tu propia cama.

Si bien la mayoría de las parejas consideran que compartir la cama es una expresión de intimidad y unión, las investigaciones muestran que quizá hay motivos para dormir en camas separadas, tal como en las escenas de dormitorio del programa televisivo de la década de los cincuenta I Love Lucy, protagonizado por Lucille Ball y su esposo en la vida real, Desi Arnaz.

Las parejas que duermen en la misma habitación son más proclives a experimentar perturbaciones nocturnas causadas por el otro (como ronquidos, falta de higiene, vueltas en la cama y horarios diferentes). Todo esto puede acarrear problemas de salud, disfunción sexual y disputas maritales.

Un estudio de 2016 de la Paracelsus Private Medical University en Núremberg, Alemania, reveló que los problemas para dormir y los conflictos de pareja tienden a ocurrir de manera simultánea. De hecho, un estudio de 2013 realizado en la Universidad de California, campus Berkeley, descubrió que una noche de insomnio provocada por las perturbaciones de tu pareja puede causar conflictos en la relación al día siguiente.

Aunque dormir juntos tiene sus beneficios, los hábitos de sueño molestos o problemáticos de una persona pueden afectar a su pareja e incrementar la producción de cortisol, la hormona del estrés, y así provocar problemas que impactan a la pareja en su conjunto”, explicó Mary Jo Rapini, una psicoterapeuta especializada en relaciones e intimidad que vive en Houston.

Los expertos dicen que, sentirte descansado puede ayudarte a administrar tu vida con más atención y control, lo cual, a su vez, puede hacer que sientas más confianza y felicidad en tu relación.

“Cuando ambas partes de la relación disfrutan de un sueño profundo y reparador, esto les permite sentirse más saludables a nivel emocional, mental y físico sin que una le guarde resentimiento a la otra por no dejarla dormir, o sin que la otra se sienta culpable por molestar a su pareja”, dijo Jennifer Adams, autora de Sleeping Apart Not Falling Apart (Finch Publishing, 2015). “Esa es una buena base para construir y desarrollar una relación”.

No compartir un lecho conyugal se está convirtiendo en el sueño de muchas parejas.

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