Educan a niños de Parral a bordo de narcoavión

Chihuahua.- El 2 de octubre de 1991, un avión Douglas DC-6 repleto de cocaína y dólares fue obligado a descender en un camino vecinal y entre labores del poblado El Ojito, en los límites de Durango y Chihuahua, en plena Sierra Tarahumara de Chihuahua.
Hoy ese narcoavión, como lo conocen los oriundos de la región, lo disfrutan como aula recreativa, luego de que fue trasladado a la ciudad de Parral —hacia donde originalmente se dirigía para dejar su carga—, fue restaurado y colocado en La Ciudad del Niño.
Habitantes de Parral y Guadalupe y Calvo, entre otros poblados cercanos a donde aterrizó la nave, lo recuerdan cada día, como Tomás Alberto Sáenz Robles, quien recientemente subió a su página de Facebook una foto del avión, detrás de una mujer, tomada justo un día después del aterrizaje de la nave.
Sáenz Robles escribió: “El avión que cayó en El Ojito en 1991. Fotografía tomada un día después del suceso. Se puede apreciar que el avión está completo y sobre la carretera. Cuentan que traía un cargamento de droga y mucho dinero”.
De manera similar, en el blog del doctor Samuel Banda, un lector escribió: “Yo vi cuando dio tres vueltas sobre (El) Ojito, y la estancia Durango, lo venían siguiendo otros dos aviones que creo fueron los que lo balaciaron en el aire, al parecer eran del ejercito, yo tenia como 11 años (sic)”.
El doctor Banda había escrito en su blog que “la matrícula de la aeronave era HP-8621X, los narcotraficantes habían modificado el 3 y el 7 de la matrícula anterior HP-3627X, cuatro toneladas de droga fueron encontradas dentro del vetusto aparato.
Se trata de un avión tetramotor DC-6, construido por la Douglas Aircraft Company en Estados Unidos, en 1953.
Hoy, este avión se ha convertido en un atractivo visual para los pequeños que visitan La Ciudad del Niño de la ciudad de Parral.
Jesús Muñoz, actual encargado del parque de La Ciudad del Niño, explicó que para su traslado, el avión se seccionó en tres partes, que fueron colocadas en plataformas arrastradas por camiones de carga y llevadas hasta el parque infantil.
Luego, con el apoyo de la Policía Federal por medio de un agente retirado, se acondicionó y quedó habilitado para ser un aula de clases de cultura vial.
Paralelamente, un grupo local de entusiastas de la aeronáutica consiguió piezas, y con la aportación del otrora cine Alcázar, se colocaron butacas, con lo cual la aeronave quedó lista para impartir clases.
Distintos tipos de señalamientos viales cuelgan de las paredes del fuselaje y se colocaron bocinas en la parte superior, mientras que las butacas de cine se instalaron para simular las filas de un avión de pasajeros.
Hoy en día se ha convertido en un atractivo turístico admirado por chicos y grandes, ya que se trata de una aeronave de tal envergadura que cubre de un extremo al otro del parque y se logra mirar desde la avenida Niños Héroes que es una de las principales arterias en la zona noroeste de la ciudad de Hidalgo del Parral.

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