El Duke estuvo preso en Chihuahua, y tras ser liberado venia a firmar

Luis Eusebio Duque Reyes, El Duke, autor intelectual del secuestro y asesinato del estudiante, Norberto Ronquillo Hernández, estuvo preso en Chihuahua y tras ser  liberado ante de concluir su pena, venía a firmar periódicamente.

Fueron más de 20 asesinatos relacionados con la guerra por el reclusorio, por ello las autoridades decidieron trasladar a “El Duke” a una prisión en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Sin embargo, desde hace 10 meses, este narcotraficante presuntamente vinculado con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se encuentra en libertad.

Tras promover varios amparos, “El Duke” consiguió libertad condicional por la cual debía firmar periódicamente en Chihuahua, pero posteriormente regresó a la Ciudad y obtuvo su libertad.

De acuerdo con informes de la Procuraduría capitalina (PGJ-CDMX) , Duque Reyes había sido condenado a 27 años de cárcel por robo con violencia, pero esa resolución quedó sin efecto.

Del 8 de julio de 2001 a mayo de 2010 estuvo en el Reclusorio Oriente, y ahí mismo fue reasignado al módulo de máxima seguridad Diamante.

En 2015 fue trasladado a Chihuahua y a finales de octubre de 2017 su condena fue revocada en circunstancias aún no aclaradas.

La Policía local y la PGJ lo ubicaban como principal controlador del Reclusorio Oriente, y ahora del Reclusorio Sur.

Además, entre 2015 y 2016 sostuvo una lucha con Jorge Flores Conchas “El Tortas”, fundador del grupo delictivo Fuerza AntiUnión.

El Tortas” también obtuvo su libertad y hoy es uno de los narcomenudistas más buscados, al cual se le achacan al menos 10 asesinatos ligados a la venta de droga en CDMX y Estado de México.

Por su fuera poco, “El Duke” fue policía preventivo en los años 90, donde fue director del grupo Álamo, un cuerpo de agentes especiales de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

Informes de la Procuraduría General de la República (PGR) señalan que “El Duke” trabó relaciones con miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que al igual que él estaban presos en el Reclusorio Oriente.

La conexión clave fue un reo identificado como “El Pepa”, el cual mantiene el control de la venta de estupefacientes y tiene un grupo de sicarios bajo su mando.

Se sospecha que de igual manera hizo alianzas con su antiguo contrincante “El Tortas”, con el fin de desplazar a la Unión del Betito como organización criminal dominante en el centro y oriente de la CDMX y Edomex.

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