Los Ángeles. El filme mexicano Tótem, de la realizadora Lila Avilés, resultó elegida entre las 15 finalistas que llegarán hoy a los Premios Oscar para el cupo en la categoría de Mejor Película Internacional.
La cinta del género drama, escrita y dirigida por Avilés, optará por este apartado con una historia de vida, de esperanza y un tributo a nuestras personas más allegadas.
Coproducida entre México, Dinamarca y Francia, esta obra se presentó al recién finalizado Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.
En esa ocasión de su visita a Cuba en el contexto de dicho certamen, su protagonista Mateo García, dio declaraciones exclusivas a Prensa Latina.
García, quien no es actor, sino guionista, expresó al medio lo cómodo que fue para él trabajar con la directora, pues le dio mucha confianza armando en cada set como un juego.
Era muy chistosa, comentó el protagonista, llegaba y me rompía el guion y me decía: «no, no hay libreto aquí, vamos a jugar». Tiene un método distinto para dirigir, narró García.
La producción cuenta la historia de Sol, una niña de siete años quien pasa un día con su abuelo en la preparación de una fiesta sorpresa para el padre de la pequeña (Mateo García), quizás, el último de sus cumpleaños debido a que padecía de cáncer.
De cierta forma, representa una ceremonia de despedida a los seres queridos, un homenaje al sentido de la vida y a la esencia de dejarse llevar.
El guionista, devenido actor, contó cómo lo mandaron a tomar clases de pintura, trabajó, igualmente, con un enfermero quien lo enseñó a convivir con una enfermedad terminal.
Todo era muy inmersivo, aprendí a estar en una gran familia, a crear lazos, noté cómo con la niña (Naíma Sentíes) todo era muy fácil, por ejemplo, hubo que interactuar con otros pequeños y con animales, y ella jugaba con ellos de manera muy natural.