SI pensaban que el PAN había tenido tiempos difíciles en décadas anteriores, ahora está más golpeado que nunca, y en la lona.
El 70 por ciento de la militancia panista no votó y, lo mejor sería que estuviera desanimada. Lo peor es que se estén volteando y mandando al diablo al panismo, haciéndose pa’ do de calienten gordas pues.
En Chihuahua que se supone es de los estados con más identidad blanquiazul, la participación llegó a penas al 50 por ciento, y eso porque hubo cargada. El desinterés reinó y habrá que averiguar si dicho fenómeno se replicaría en las próximas campañas.
LA aplastante victoria de Jorge Romero sobre Adriana Dávila, aunque con más del 80 por ciento de los votos, deja otra fractura fuerte, la del panismo disidente que no es poco y se cuentan entre los que votaron por la candidata perdedora y los que no quisieron participar en otra “elección de estado”, pero chiquita.
Las palabras de Adriana Dávila al conocer los resultados adversos a su causa, fueron lapidarias:
“El modelo de partido de los padroneros con el código genético marca ‘Yunes’
No le sirve a México. De ese modelo simulador, tramposo, corrupto y ruín solo
medran unos cuantos pero daña al país, al PAN, a su militancia y, especialmente, a
todos los electores que buscan en nosotros una alternativa democrática frente a la
regresión autoritaria que está imponiendo el partido oficial”.
FUE blando el panismo con el Team Cortez – Romero, responsables de la arrastrada Morenista que se está llevando de corbata las instituciones, a quienes premiaron en lugar de castigar. “Ya no es PAN, ahora es empanada, galleta, bizcocho… ¡Flan! Dijo un viperino panista hueso azul.
EL que más porra llevó al evento de la asamblea informativa de Morena fue Cruz Pérez Cuellar, y fue al que no dejaron hablar. Tal vez por protocolo, tal vez por mala leche.
Fue un tiro de porras, a tamborazo y grito limpio, sin mucho respeto a veces como cuando le gritaban que callara a Juan Carlos Loera, Senador que tuvo que pedir aplausos para AMLO y Claudia para que cesaran los abucheos en contra.
Cruz mostró bastante músculo, logística, lana, lana y más lana, que puede irse a otro proyecto si no obtiene la candidatura, ese fue el mensaje de él, sin hablar, mientras que la que sí habló, Andrea Chávez, se dedicó a condenar la corrupción del PRIAN como si ella no militara con los compas de Alí Babá.
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