Ciudad de México.– El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha colocado a sus cercanos en puestos clave para la elección que se aproxima en 2018 y, aunque no se puede asegurar como en el caso de la aprobación de la Ley de Seguridad Interior, alimenta la sospecha de que se prepara para un fraude electoral, coincidieron politólogos entrevistados por SinEmbargo.
No sólo son los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), que en las elecciones de este año en el Estado de México y Coahuila fueron incapaces de probar los rebases de tope de campaña denunciados por la oposición; y los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que resolvieron a favor del PRI en el caso de Coahuila, sino que son los fiscales encargados de perseguir los delitos electorales.
Y lo son también personajes “impresentables”, ligados precisamente a los presuntos fraudes electorales en el Estado de México y Coahuila: los ex gobernadores Eruviel Ávila Villegas, ahora en la campaña del precandidato del PRI a la Presidencia de la República José Antonio Meade Kuribreña; y Rubén Moreira Valdez, secretario de Acción Electoral del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de la fuerza política, dijeron.
“Esa sería una lectura: que pase lo que pase ellos van a ganar. La nueva Ley de Seguridad Interior utilizarla de manera quirúrgica en aquellos lugares donde el voto en contra será abrumador para causar miedo en la población y que se quede en sus casas. En el INE contender la fiscalización. Puede ser tan burdo, grosero y desvergonzado, no sé si la comunidad internacional vaya a poder digerir un fraude de ese tamaño. Aunque si el Gobierno de Estados Unidos tiene un visto bueno con el PRI para que se cometa un fraude, vamos a ver un conflicto post electoral muy grande. Si a eso le están apostando, están jugando con fuego”, dijo Virgilio Bravo Peralta, director del Centro de Negociación, Mediación, Conciliación y Arbitraje (CENCA) del Instituto Internacional de Estudios de Derecho y Jurisprudencia (IIEDJ).