El VAR, Asensio y el travesaño salvan al Real Madrid

Un tanto de Marco Asensio anulado en primera instancia por el juez de línea y concedido por el VAR, dio el triunfo más corto del curso en el Santiago Bernabéu al Real Madrid, ante un buen Espanyol que estrelló en la madera su oportunidad de puntuar.

El Real Madrid pasó de protagonizar un vendaval de ocasiones ante la Roma, en Champions, a disparar una sola vez a puerta en toda la primera parte. Fue gol. Castigó el único instante de desorden defensivo del Espanyol.

Las subidas del joven ‘merengue’ Odriozola dejaron un remate ajustado al palo de un Isco inspirado para abrir boca, pero el Real Madrid no tuvo continuidad. Instalado en campo rival, un error podía costar caro. Varane lo cometió en un despeje que dejó muerto y provocó un tres a dos que culminó Piatti con disparo cruzado.

Era el aviso de un equipo preparado para castigar un mínimo error. Courtois recuperaba su sitio en Liga y tenía que responder cuando Nacho abandonaba su banda para crear peligro en ataque y Asensio chutaba al aire con todo a favor.

El peligro a caer en un segundo tropiezo liguero consecutivo planeó en el Bernabéu durante todo el partido. Las ovaciones para un taconazo en movimiento de Ceballos o un baile de Isco sobre la línea de su propia área grande, no ocultaba una realidad que desesperaba a Lopetegui.

Fue cuando llegó el único error del Espanyol, la carrera de Modric y el castigo en forma de disparo cruzado raso al poste de Asensio.

El tanto era anulado en primera instancia por el juez de línea y concedido dos minutos después por el VAR. Su trascendencia se comprobaría con el paso del encuentro, sin alterar sus planes el Espanyol al ir por debajo en el marcador. Esperó su oportunidad y la pudo devolver a un error grave de Ramos, en uno de esos excesos de confianza que en ocasiones cuestan caros.

Había podido sentenciar antes el Real Madrid, pero la magia de Isco desde una esquina de área buscando escuadra contraria no encontraba portería y Mariano encendía al Bernabéu, aumentaba la electricidad, pero sin acierto rematador.

Borja Iglesias, primero probó por bajo a Courtois y listo ante Ramos, le robó la cartera y picó con calidad el balón para que el travesaño evitara el empate.

Avisado quedaba un Real Madrid que cuando buscó la sentencia se topó con un viejo amigo de la casa, Diego López. Dejó un paradón al testarazo de Ramos tras un pase medido con el exterior del pie de Isco y firmeza ante disparos de Lucas Vázquez y Marcos Llorente.

Al Espanyol solo le faltó un último impulso para puntuar. Su buena imagen no fue suficiente.

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