LA Feria de Santa Rita 2025, que alguna vez fue símbolo de tradición y alegría para las familias chihuahuenses, hoy se ve empañada por una serie de prácticas que han generado descontento entre los asistentes.
Precios Exorbitantes: Un Golpe al Bolsillo
Uno de los principales motivos de queja ha sido el incremento desmedido en los precios de bebidas y alimentos dentro del recinto ferial.
Una cerveza que normalmente cuesta entre 15 y 30 pesos fuera de la feria, se vende hasta en $80 pesos en su interior, representando un aumento de más del 430% .
Otros productos, como refrescos y botellas de licor, también han experimentado aumentos significativos, llegando algunos a costar hasta 900% más que en tiendas comunes.
Mesas Reservadas: Favoritismo a la Vista
Además de los precios elevados, asistentes han denunciado la existencia de mesas reservadas en el Teatro del Pueblo, las cuales, según testimonios, son asignadas a funcionarios y personas con influencias políticas, dejando al ciudadano común sin acceso a estos espacios privilegiados.
Aunque el Patronato de la feria emitió un comunicado negando estos señalamientos, la percepción de favoritismo persiste entre los asistentes.
Una Feria que se Aleja de su Esencia
La combinación de precios inaccesibles y prácticas excluyentes ha llevado a muchos a cuestionar si la Feria de Santa Rita sigue siendo una celebración para el pueblo o si se ha transformado en un evento elitista, alejado de sus raíces populares.
La falta de respuestas claras por parte de las autoridades y organizadores solo ha incrementado la frustración de los ciudadanos, quienes ven cómo una tradición que les pertenecía se convierte en un lujo para unos pocos.
En fin…
La Feria de Santa Rita 2025 ha dejado de ser una fiesta del pueblo para convertirse en un reflejo de desigualdades y exclusiones.
Es momento de que las autoridades escuchen las voces de los ciudadanos y trabajen para devolverle a la feria su esencia original: una celebración inclusiva, accesible y verdaderamente popular.
EN las campañas políticas, porque las del marrazo judicial ya son eso campañas políticas, los trapitos salen al sol cuando las cosas no andan muy bien, esto le ocurrió a Felipe de Jesús Mena Meléndez, candidato a juez de primera instancia en materia familiar, quien ha promovido su postulación bajo el lema “Justicia con sensibilidad, firmeza y compromiso”. Pero sus trabajadores, aseguran y confirman, con papel en mano, que el aspirante a juez tiene ya muchos años sin pagarles el INFONAVIT.
De acuerdo con una denuncia que trascendió en redes sociales, el candidato mantiene un adeudo superior a los $200,000.00 pesos con el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), debido a la omisión en el pago de las aportaciones correspondientes. Esta situación ha perjudicado directamente a sus empleados, quienes señalan no haber podido acceder a un crédito de vivienda debido a la falta de pagos ante dicha institución.
Por más acercamientos que los trabajadores han realizado con el aspirante a juez, las cosas no les han favorecido, ya que solo les da largas para el pago de esta prestación.
PARA muchos, la Arq. Diana Luján “renunció” como Directora de Servicios Públicos en ciudad Jiménez por no ‘dar el ancho’, pero fue a través de una llamada por WhatsApp por parte del alcalde, Francisco Muñoz quién le dio las gracias de manera hipócrita.
Por ello, la exfuncionaria se despidió como toda una jovenzuela…a través de las redes sociales, y de qué manera.
Diana deja en claro que nunca la dejaron actuar dentro de su departamento, donde ella prometía un cambio, pero con el paso del tiempo entendió que solo fue ingenua, nunca iba ver un cambio.
Lo que más le duele, según redacta ella misma, es haber trabajado día, noche y hasta fines de semana, pero ni así le proporcionaron los recursos técnicos ni financieros necesarios para gestionar de manera eficiente su departamento.
Se queja que el Presidente Municipal de Jiménez jamás le dio la cara, ni una explicación frontal, argumentando a través de dicha llamada la presión política derivada de los audios filtrados en redes sociales, y por ello acusa de ser víctima de una violencia política de género, pero de mujeres.
“No me arrepiento de haber alzado la voz, de hacer valer mi libertad de expresión y manifestar mi inconformidad, ni de haber defendido mis principios. Me duele, sí, haber sido limitada y violentada en mi libertad de expresión y haber sido víctima de actos dirigidos a desacreditar mi labor. Pero me voy con la frente en alto, consciente de que hice lo correcto y de que trabajé con integridad”, indicó.
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