Por espacio de varios años, el médico Ulrich Klopfer conservó en su casa aproximadamente 2 mil 400 fetos humanos, que fueron encontrados poco después de la muerte del galeno, por lo que la autoridad decidió sepultarlos.
El facultativo murió en septiembre de 2019; sin embargo, los primeros días de febrero, sus sobrinos acudieron a limpiar la casa, pues había quedado en abandono desde el fallecimiento.
Cuando estaban aseando la cochera, no daban crédito a sus ojos ante el macabro hallazgo, por lo que dieron parte a la Policía.
Tras una inspección a su vivienda, la autoridad encontró los restos de embriones que eran contenidos en bolsas selladas y llenas de un líquido que impedía la descomposición, por lo que descubrieron que algunos de ellos tenían hasta 20 años de conservación.
“Te puedo decir, los 31 años que he estado haciendo este trabajo, nunca he visto algo así, nunca. Es extraño, una de esas cosas de sólo una vez en la vida”, informó el sheriff Mike Kelley a la prensa.
Como antecedente, el doctor trabajaba en tres clínicas de aborto en Soith Bend, Indiana, la licencia le fue suspendida en 2015. De ahí que la casa médico haya sido revisada.
