Las capacitaciones son la base de todo logro colectivo

El crecimiento de cualquier organización debe estar cimentado en bases sólidas. Esta afirmación puede parecer una verdad de Perogrullo pero en la práctica y, durante el vértigo de la vida diaria, suele dejarse de lado.

En ocasiones se ambiciona un crecimiento veloz, tanto individual como colectivo, sin considerarlos un proceso. Los pilares que sustentan a ambos son los que, en la planificación, deben ser aceitados de modo constante para que no languidezcan.

En ese marco, la capacitación, al estilo de un lubricante, es la receta para el funcionamiento de cualquier empresa.

Capacitar para crecer

Desde ya que este mecanismo no debe ser pensado para ser aplicado en etapas de rescate sino que debe ser parte de un proyecto consensuado y sostenido en el interior de una empresa.

De esta manera, la capacitación para empresas funciona como una usina general para formar de modo integral a todos los partícipes de una misma iniciativa. Teniendo en cuenta las demandas, cada capacitación permitirá optimizar los recursos humanos vigentes en el organigrama, así como reducir los posibles focos de tensión o malestar entre integrantes de un mismo equipo.

En sencillas palabras, una buena capacitación debe movilizar la inspiración de cada partícipe así como la predisposición a los cambios y una comunicación fluida. Para tal fin, se sostiene en las diversas actividades motorizadas por los directivos para formar al personal a su cargo y mostrarle que el estímulo a las capacidades individuales es posible.

Esta conceptualización puede ser apreciada desde una mirada macro en cuanto al desarrollo de aptitudes creativas generales, así como a un costado microscópico ligado a las relaciones interpersonales. Estas son las que predominan en cada área particular de una compañía con sus propios códigos y lenguajes, así como las destrezas específicas vinculadas a las funciones de trabajo de cada empleado. Cuestiones que diferencian en el detalle pero que, a la vez, pueden ser vistos de forma complementaria en un panorama.

 

Objetivos claros

Desde ya que, al compás del paradigma digital, los contenidos y los programas se van actualizando de forma continua casi sin dar tiempo para un gran detenimiento. Esa vorágine mencionada al principio no debe conducir al desborde si se cuentan con los estímulos que, de manera frecuente, garanticen la aprehensión de esas nuevas aptitudes.

Las capacitaciones de empresas, sea cual sea el formato que adopten deben perseguir, de mínima, una serie de objetivos que pueden ser resumidos en:

  • Lograr que cada miembro de la organización se sienta parte activa de ella en la toma de decisiones y en la repercusión de los resultados que de ellas se obtienen.
  • Fortalecer el ambiente laboral disipando posibles sinsabores o competencias individuales desmedidas que solo atentan contra el buen funcionamiento colectivo.
  • Incentivar el incremento de cada rendimiento individual en sintonía con un espacio proclive al intercambio global. Es decir, no desalentar la competencia pero dentro de reglas claras y con el conocimiento de los límites y aspiraciones máximas del conjunto.
  • Estimular el intercambio y la comunicación entre los diferentes equipos de trabajo que conforman una empresa. Este objetivo puede graficarse con la imagen de los brazos de un mismo río antes que en la de islotes distanciados.

 

¿Cuándo capacitar?

A la pregunta acerca de qué momento es el adecuado para aplicar este tipo de proyectos resulta esencial interpretar ciertos indicadores en el seno de una empresa. Estos dan cuenta del resentimiento en la mecánica del engranaje del personal. Por ejemplo: al ignorar o no comprender los nuevos instrumentos que requiere la estructura de una compañía es necesario reforzar el aprendizaje.

Otra oportunidad la brinda un cambio en la legislación vigente para los parámetros de la empresa. Esto redunda en la necesidad de transmitir las nuevas regulaciones a todo el personal para que no incurran en prácticas que los expongan a sanciones que, además, perjudicarán el nombre de la firma.

En relación a esto, una capacitación revitaliza la misión de la organización con su capital humano. Si bien este horizonte en común se concreta en las labores diarias de cada área, siempre es bueno reforzar esa visión compartida del plazo largo, mediano y corto.

Junto a esto, también es síntoma de capacitación la baja del rendimiento entre el personal; un dato que puede ser mensurable a través de instrumentos como pruebas de proyección o plantillas de evaluación de desempeño.

 

¿Con qué elementos contar?

Cualquier planificación que tenga como fin capacitar a los integrantes de una empresa posee elementos indispensables, fácilmente reconocibles para todo aquel que recién se inicia en el asunto.

  • Presentación: Indicar claramente el qué y el porqué de lo que se va a hacer.
  • Enfoque: Partiendo del conocimiento de la compañía es necesario identificar actividades de la misma así como tener en claro en qué campo de la sociedad está integrado el aporte que realiza.
  • Alcances y Metas: Es decir con qué áreas de la empresa se va a trabajar y de qué modo repercutirá en su funcionamiento particular, así como el objetivo al que se llegará con la puesta en práctica de la capacitación.
  • Niveles: Solo en el caso de empresas grandes que requieren centrarse en las jerarquías de sus empleados.
  • Índice y presupuesto: Contar con indicadores que vayan dando cuenta de los resultados así como ir presupuestando los costos de cada momento de la capacitación es clave para la secuencia planificada.
  • Calendarización: Ligado al anterior, cada momento debe tener un período de tiempo en el que se va a realizar a fin de evitar retrasos e ir ajustando cada instancia de forma armónica.

 

En resumen: cualquier proyecto de capacitación debe ser pensado como una inversión duradera. No solamente en el sentido de mejorar los rendimientos de la organización sino también para brindarle herramientas precisas a las personas que en ella trabajan. Este aspecto tal vez no sea del todo valorado en el momento en que se produce pero es, sin dudas, un legado que cada uno de los partícipes en el proyecto sabrá agradecer con el paso del tiempo.

Como los trucos para desarrollar un buen currículum vitae o para mejorar la el lenguaje corporal, las inquietudes individuales a desarrollar, potenciales, deben contar con el estímulo de un entorno favorable.

Esa es otra razón, y una de las más trascendentes, por la cual su empresa debe darle a su personal la capacitación que su personal está buscando.

 

 

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