“¡No que no cabrones!”, se escuchaba a los ciudadanos que gritaban a los choferes que protestaban atravesando unidades en las calles, provocando un caos vial.
Los policías recibieron llaves de varios camiones que fueron secuestrados por los manifestantes, y empezaron a moverlos a zonas que no pararan el tráfico.
Ante ello, los manifestantes se dirigen a Palacio de Gobierno, donde amenazan con defender con la fuerza pública el paro y los bloqueos.