Molotov no cambiará portadas de discos ni canciones de ‘putos’

Hace algunas semanas, en redes sociales se desató una polémica: ¿Puto, el gran éxito de Molotov, es una canción homofóbica?

Ante este debate, Paco Ayala, integrante y fundador de la banda, niega categóricamente que el tema sea discriminatorio y asegura que la canción no hace referencia a la comunidad gay, sino a los políticos cobardes que roban y corrompen.

“Es fácil decir que la canción es homofóbica, pero si le pones atención te das cuenta que no es para los gays, sino para los cobardes. Recordemos que México es un país de doble sentido, de picardía y de sarcasmo”, comenta el músico de 48 años.

Puto fue uno de los sencillos de ¿Dónde jugarán las niñas? (1997), el polémico disco debut de Molotov que incendió las buenas y malas conciencias de una sociedad mexicana que estaba muy lastimada por la devaluación del peso y la desigualdad social. Al ritmo del rock y el ska, las nuevas generaciones encontraron en la música una válvula de escape y una forma de criticar la hegemonía del PRI y de Televisa, instituciones a las que Molotov señaló como los principales cánceres de México.

Gustavo Santaolalla, uno de los productores del disco, mencionó en el documental Gimme The Power (2012) que, cuando Molotov toca Puto, no se refiere al homosexual: “Porque puto es el que te saca lo que tienes para comer, puto es el que ejerce el poder de una manera desmedida”.

La portada del álbum también era bastante sugestiva: una chica con uniforme de secundaria pública con las pantaletas abajo. En los 90, aquella imagen escandalizó por su contenido sexual explícito, pero hoy las razones de la controversia son distintas. Exhibir a una adolescente en tiempos en los que 10 de cada 9 mujeres han sufrido violencia de género física o emocional, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, resulta delicado.

En cuanto salió el álbum a la venta, muchas tiendas se negaron a venderlo. Televisa hizo caso omiso del lanzamiento. Sanborns sí colocó los discos en sus estantes, pero hasta atrás, donde nadie los veía. El desdén fue tan grande que los integrantes de Molotov tuvieron que salir a vender sus discos.

“Antes, ser rebelde requería de salir a la calle, congregar a más personas y manifestar una idea en conjunto. Ahora, la rebeldía no pasa de las redes sociales con una carita que esconde quién eres”, dice Ayala. “En esencia, conservamos la rebeldía que nos hizo componer un disco como ¿Dónde jugarán las niñas? Nos encantaría dejar de tocar ciertas canciones porque vengan al caso, pero la realidad es que las temáticas siguen vigentes”, agrega.

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