Hay películas que llegan en el momento exacto, algunas veces para romperte, para ayudarte a construir tu camino, o simplemente para tambalear tu vida. Marriage Story (Historia de un matrimonio) es todas esas cosas y más.
La cinta más reciente de Noah Baumbach narra la historia de un divorcio, y sin embargo es también una historia de amor. Pocas veces un episodio tan doloroso como una separación, ha sido llevado al cine de una forma tan precisa, certera y hasta bella.
Los protagonistas Scarlett Johansson y Adam Driver, la cinta avanza de forma cronológica por todos los procesos que atraviesa la pareja para separarse.
La película inicia cuando ambos personajes comienzan a describirse el uno al otro: los detalles de su personalidad, sus defectos, la forma en la que se relacionan con los otros.
En estos primeros minutos los conocemos en su vida cotidiana, antes de la ruptura. Nos asomamos a la pareja que fueron un día y que no volveremos a ver. Cada uno habla de las cosas que le gustan del otro y de la forma en la que se relacionan con Henry, su hijo.
Charlie, un famoso director de teatro neoyorquino con una compañía independiente, y Nicole, una actriz nacida en Los Ángeles que ha construído su vida lejos del lugar donde nació.
Aunque ambos han decidido tener un divorcio amistoso y separarse de forma civilizada, a medida que avanza la película comprendemos que cada uno desea cosas distintas y eso les traerá problemas inevitables.
La película tiene aún mayor resonancia cuando nos damos cuenta de lo mucho que habla de nosotros. De una pareja desigual que no entrega lo mismo, de un hombre que no está dispuesto a modificar el camino que ha trazado, ni siquiera por la mujer con la que está, pero que sí espera que sea ella quien cambie de rumbo.
Y también la contraparte, una mujer que ya no está dispuesta a mover su camino cuando acaba su matrimonio, más por amor propio que por capricho.
