En 1922 el director de cine alemán Friedrich Wilhelm Murnau estrenó Nosferatu: Una sinfonía del horror sin saber que esta película se convertiría en la fundadora de un género cinematográfico y en una obra de culto.
El film, que está inspirado en la novela de 1987 Drácula del escritor Bram Stoker, es la precursora del cine de terror y el 2 de enero se estrenó en el país su esperado remake.
Dirigida por Robert Eggers, reconocido por películas como El Faro, La Bruja y El Hombre del Norte, esta nueva versión de Nosferatu vuelve a traer a la gran pantalla la historia del Conde Orlok, el temido vampiro que se dedica a acechar a Ellen Hutter, la esposa de Thomas Hutter, el agente inmobiliario de la ciudad alemana de Wisborg.
Los protagonistas son Bill Skarsgård, quien interpreta al Conde y es reconocido por su papel como el aterrador payaso de It, mientras que Lily-Rose Depp y Nicholas Hoult son los Hutter. Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin y William Dafoe también hacen parte del elenco.
La crítica de la película en redes sociales ha sido dividida. Para algunos, esta podría llegar a convertirse en una de las mejores cintas del año, pero para otros no se compara con las versiones de Murnau o con la de 1979 del director Werner Herzog. En Rotten Tomatoes tiene una aprobación del 85%.
La transformación de Skarsgård en Nosferatu
Uno de los aspectos más resaltados de esta nueva versión es la transformación del actor Bill Skarsgård en el Conde Orlok. Para esto se necesitaron más de seis horas de maquillaje y 62 prótesis, las cuales están ubicadas en lugares como el rostro, cuello y manos.
El remake de Nosferatu ya está disponible en las salas de cine de la ciudad.