HACE unas semanas el personal de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal que estaba ocupando oficinas en el edificio de la Fiscalía General del Estado fue prácticamente echado pa’ fuera.
Quien sabe cuál sería el motivo pero de un día para otro les dijeron que desalojaran.
Era personal de administrativo, recursos humanos y materiales de la SSPE el que estaba en el edificio de la fiscalía y, ahora, están amontonados en uno de los edificios del Complejo Estatal de Seguridad Pública.
Algunos dicen que se habían tardado en sacar a ese personal del edificio de la fiscalía, puesto que la SSPE no depende de ella.
Comentan que al jefe de la SSPE, Gilberto Loya, no le cayó muy bien que hayan echado a sus muchachos, pero ni modo, andaban ocupando oficinas ajenas y fácilmente se podían enterar de asuntillos que no les corresponden. También culpan a Loya de lo insensible que es, pues continua obligando a su personal administrativo a mudarse a webo a Ciudad Juárez, cuando tienen toda una vida y familia en la ciudad.
ANTES la marginación no se discutía como un tema prioritario, acusó la gobernadora María Eugenia Campos al inaugurar el foro sobre ciudades inteligentes, queriendo echar tierra sobre el gobierno que le antecedió de su archienemigo y aún compañero de partido, Javier Corral, desde donde aseguró “se combatió todo menos la marginación y se permitió tener familias sin servicios básicos y lejos de la mancha urbana”. El asunto era quedar bien ante el canciller Marcelo Ebrard.
RESULTA que la otra “corcholata” del presidente Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, no solo sí se reunió con la gobernadora sino que también encabezó un foro oficial y de proyección internacional al participar en este la ONUA Hábitat, a diferencia de la jefa del gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum, que entre señalamientos y desmentidos, no tuvo oportunidad de saludar al menos a la que en abril del año pasado quería ser la primera mujer en llegar a la Presidencia de México, pero hace unos días lo despreció vil y llanamente al decir que “ni aunque se lo pidieran”.
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