Pentágono no confirma muerte de líder de ISIS

El Pentágono aseguró que no tiene confirmación de la muerte del líder del Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi, según reveló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos con base en fuentes en la cúpula del grupo terrorista.

No tenemos información que corrobore las últimas informaciones sobre la muerte de Abu Bakr Al Bagdadi”, aseguró una fuente del Departamento de Defensa.

El jefe de la misión estadunidense contra ISIS, el teniente general Stephen Townsend, aseguró que no sabe si Al Bagdadi está vivo o muerto y en todo caso eso significaría que hay otros altos mandos dirigiendo la organización y no cambiaría los planes de combate contra el grupo yihadista.

No tenemos razones para creer que esté vivo (…) Tampoco tenemos pruebas de que esté muerto”, aseguró Townsend, quien en todo caso afirmó que si el jefe de ISIS lo estuviera “mucho mejor”.

La falta de confirmación por parte del Pentágono se da después de que este mañana el presidente estadunidense, Donald Trump, publicara un críptico tuit en que aseguraba: “Gran victoria contra el EI”, sin especificar a si se refería a la liberación de Mosul (Irak), dada por finalizada este lunes o a otro asunto.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos anunció que había confirmado el fallecimiento de Al Bagdadi por medio de fuentes que incluyen “cabecillas de primera y segunda fila de ISIS”, originarios de Deir al Zur.

El Observatorio no explicó la manera ni la fecha en que murió Al Bagdadi y se limitó a señalar que estuvo en los últimos tres meses en un pueblo del este de la provincia nororiental siria de Deir al Zur, en la frontera con Irak.

Al Bagdadi ha sido dado por muerto o herido en numerosas ocasiones en Irak y Siria.

El pasado 16 de junio, el Ministerio ruso de Defensa reveló que Al Bagdadi podría haber muerto el 28 de mayo en un bombardeo de la aviación rusa al sur de la ciudad de Al Raqa, bastión de los extremistas en Siria, lo que hasta ahora ninguna otra fuente ha podido corroborar.

Townsend recibió información de que Al Bagdadi no había muerto en el ataque ruso, como creía Moscú.

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