Perspectivas negativas amenazan legado de calificaciones de Peña Nieto

El martes pasado, S&P Global Ratings rectificó la perspectiva del país a ‘negativa’ y dijo que existe al menos una de tres posibilidades de rebaja de la nota en los próximos dos años si la deuda de México se incrementa más de lo presupuestado.

Esta es la segunda vez en los últimos cinco meses que una importante empresa de calificación crediticia rebaja la perspectiva del país.

La tendencia se ha reflejado en el mercado de permutas, donde México es considerado menos solvente que su par crediticio Perú e, incluso, Panamá que tiene una nota menor.

Las perspectivas negativas representan un revés para México, que ganó mejoras por parte de las tres mayores compañías de calificación mientras Peña Nieto impulsaba reformas históricas a los sectores de energía, telecomunicaciones y banca del país entre 2012 y 2014.

Pero los cambios no consiguieron estimular el auge económico que el presidente había prometido.

Por el contrario, su gobierno ha reducido reiteradamente sus perspectivas de crecimiento en medio de los bajos precios del petróleo y una lenta expansión en Estados Unidos, el mayor socio comercial de México.

“La economía se está estancando”, dijo Luis Maizel, cofundador de LM Capital Group, firma que administra cinco mil 100 millones de dólares.

“¿Cuántas veces han reducido las expectativas de crecimiento? ¿Cuántas veces se puede usar la misma excusa: que la economía de Estados Unidos se está desacelerando y por eso la economía mexicana también se desacelera?»

S&P actualmente califica a México con BBB+, tres niveles sobre la calificación ‘junk’ o basura. La firma anunció el cambio de perspectiva un día después de que la administración de Peña Nieto redujo su perspectiva de crecimiento para 2016 por segunda vez en el año.

El gobierno ahora espera que la segunda economía más grande de Latinoamérica se expanda entre un dos por ciento y un 2.6 por ciento, por debajo de una proyección anterior de 2.2 por ciento a 3.2 por ciento.

Inversores internacionales han mostrado su confianza en los bonos estatales mexicanos, dijo la Secretaría de Hacienda en un
comunicado del 23 de agosto sobre la decisión de S&P.

“Derivado de una amplia demanda, en las últimas colocaciones del Gobierno Federal en los mercados internacionales de deuda se han alcanzado tasas de interés en sus mínimos históricos y la
participación de un amplio número de inversionistas”, anunció la
secretaría.

El gobierno mantiene su compromiso de implementar cambios estructurales a la economía y reducir el déficit presupuestario, agregó.

Moody’s Investors Service califica a México con A3, cuatro niveles sobre basura y uno sobre la nota de S&P.

Moody’s ha mantenido una perspectiva ‘negativa’ para la deuda mexicana desde marzo.

Peña Nieto, cuyo récord de mejoras en las calificaciones data desde los días en que ostentaba el título de gobernador constitucional del Estado de México, también ha tenido como mandatario un repunte de la deuda del país.

Un indicador de esta deuda se aproxima a niveles que no se observaban desde la denominada crisis del Efecto Tequila, a mediados de los noventa, cuando el país necesitó un rescate financiero de Estados Unidos.

“La expansión del gasto ha sido significativa durante muchos años y llega en un momento que se debe refrenar dicha expansión para reflejar la baja a largo plazo en los precios del petróleo”, dijo Alonso Cervera, economista de Credit Suisse AG en la Ciudad de México.

“El margen de maniobra para estimular la economía es limitado. Por el lado fiscal, no hay margen”.

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