Por qué nos restringen nuestros derechos, cuestiona presbítero a Corral

Chihuahua.- A través de una carta abierta, el párroco del templo de Santo Niño de Atocha Juan Martín Morales Juárez, cuestionó el por qué en Chihuahua mientras las demás actividades se van liberando, la actividad religiosa se prohíbe actualmente, ya que al no abrir los templos e iglesias ni con las medidas pertinentes, “se está atentando contra garantías individuales como el derecho a creer y profesar la religión que se desee y la libertad a su práctica”.

Detalló que poco a poco se va permitiendo la apertura, con restricciones, de diversas actividades, principalmente las del ramo económico, pero “sorprende que las actividades de tipo religioso-espirituales no solo no sean restringidas sino suspendidas (lo que equivale en la práctica a estar prohibidas) en el estado”, ya que anteriormente, cuando Chihuahua estaba en semáforo naranja (como lo estamos actualmente) sí se permitió la apertura, también con restricciones, de las iglesias y centros de culto, y ahora que nuevamente se llegó a semáforo naranja estas actividades no fueron contempladas para su reapertura.

Estos cambios de dirección, señaló “provocan desconcierto en no pocos chihuahuenses, para quienes el ejercicio de la libertad de culto, derecho fundamental garantizado por la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la Constitución Política del país, es un derecho que se desea y se necesita seguir ejerciendo, ahora con las debidas medidas de seguridad y restricciones”.

Argumentó que “el gobierno federal y estatal siempre han afirmado que en la actual pandemia nunca se han suspendido las garantías individuales, entonces ¿por qué se emiten  estas medidas que prohíben y restringen este derecho que tenemos? Estamos conscientes de que el riesgo de contagio aún es alto, el peligro no se ha ido. Pero si las demás actividades se van liberando, ¿por qué la actividad religiosa se prohíbe actualmente?”.

Se dijo de acuerdo en que “el retomar esta actividad también habrá que hacerlo con suma responsabilidad y cuidado, asumiendo  las medidas que ustedes como autoridad nos han indicado para poder tener mayor seguridad en nuestras iglesias, ¡medidas que además ya se implementaron en septiembre y octubre que pudimos abrir!”.

Reconoció tácitamente que en algunos templos las actividades de culto se están realizando aún sin estar permitido, por lo que es “fundamental saber que se podría ejercer este derecho sin caer en la clandestinidad, sin el miedo de estar haciendo algo ilegal, sin la zozobra, pensando que alguna autoridad podría arribar y suspender, quizás hasta de forma irrespetuosa e incluso violenta, la acción religiosa que se estuviera llevando a cabo”.

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