Reclutas del Estado Islámico, con conocimiento casi nulo del Islam

Adicionalmente, los postulantes al grupo Estado Islámico, reunidos en un hangar en algún lugar de la frontera turco-siria, resultaron en su abrumadora mayoría ignorantes. El grupo extremista difícilmente hubiera soñado con una situación más favorable.

En su búsqueda de soldados rasos en 2013 y 2014, entre los seguidores típicos del Estado Islámico se encontraban un grupo de franceses que andaban por los bares con su reclutador en su país, un converso europeo reciente que ahora se describe con renuencia como gay y dos ingleses que adquirieron a través de Amazon The Koran for Dummies, un libro sobre el abecé del Corán, para prepararse para la yihad en Siria. Se los alojó en refugios secretos mientras imanes del Estado Islámico llenaban las lagunas en los cuestionarios, de acuerdo con declaraciones judiciales y entrevistas hechas por The Associated Press.

«Comprendí que estaba en el lugar equivocado cuando empezaron a hacerme preguntas en los formularios del tipo, ‘cuando mueras, ¿a quién debemos avisar?»’, dijo el converso europeo de 32 años, que habló con The Associated Press bajo la condición de no ser identificado por miedo a las represalias.

Fue a Siria en 2014, dijo, donde se mostraba a los reclutas videos de propaganda del EI sobre el islam y los imanes multiplicaban sus elogios al martirio. Lejos de casa e ignorantes de la religión, la mayoría de los reclutas carecían de elementos para juzgar.

Un análisis de AP de miles de documentos filtrados del Estado Islámico revela que la mayoría de sus reclutas desde sus comienzos tenían escasos conocimientos sobre el islam.

Según los documentos, obtenidos por el sitio web de la oposición siria Zaman al-Wasl y compartidos con la AP, el 70% de los reclutas poseían apenas conocimientos «básicos» de la sharia, el nivel más bajo. El 24% correspondía a la categoría de conocimientos «intermedios» y apenas el 5% a la de estudiantes avanzados del islam.

El grupo explota esta ignorancia porque le permite imponer a los reclutas bajo su influencia una interpretación del islam adecuada a su objetivo de lograr la máxima expansión territorial y de matanzas.

Entre los documentos se encontraban los formularios de nueve de los 10 jóvenes reclutados -al igual que el converso europeo- en Estrasburgo, Francia, por un hombre llamado Mourad Fares. Uno de ellos, Karim Mohammad-Aggad, habló de cómo iban por los bares con Fares. Dijo a los investigadores que los reclutadores los convencían con «argumentos sutiles».

Aggad viajó con su hermano menor y varios amigos a Sitia a fines de 2013. Siete regresaron en pocos meses a Francia, donde los arrestaron. Dos murieron en Siria, en tanto su hermano de 23 años Foued regresó y fue uno de los hombres que atacaron el teatro Bataclan el 13 de noviembre de 2015, en una noche de ataques que dejó 130 muertos en París.

«Mis convicciones religiosas no tenían nada que ver con mi partida», dijo Karim Mohammad-Aggad al tribunal que lo condenó a nueve años de prisión. «Se usó el islam para atraparme como un lobo», dijo de acuerdo con los documentos.

Cuando el juez lo interrogó acerca de sus conocimientos de la sharia, el derecho islámico y cómo la aplica el Estado Islámico, Mohammad-Aggad parecía desconcertado y se limitó a reiterar que «no tengo conocimientos para responder a esa pregunta».

Otro acusado, Radouane Taher, preguntado por el juez si las decapitaciones eran acordes con el derecho islámico, dijo que «no tengo autoridad» para responder.

Patrick Skinner, un ex agente de la CIA con conocimiento de las organizaciones extremistas del Medio Oriente dijo que la mayoría de los que juran lealtad al Estado Islámico buscan «la sensación de pertenecer, la sensación de notoriedad, las emociones.

«La religión es algo secundario», dijo Skinner, ahora empleado de la consultora de seguridad Soufan Group.

Los que realmente buscan el conocimiento profundo de la religión van a Al-Azhar en El Cairo, dijo en alusión al milenario centro de altos estudios coránicos y de la sharia de los musulmanes suníes.

El Grupo Soufan ha dicho que los partidarios más activos del Estado Islámico tienen dudas acerca de su propia identidad y carecen de conocimientos sobre el islam como para poner en duda lo que imparten los ideólogos.

Tal es el caso de Mohammed Ahmed y Yusuf Sarwar, dos amigos residentes en la ciudad de Birmingham que ingresaron al grupo. Arrestados a su regreso a Gran Bretaña, en su juicio en 2014 revelaron que habían pedido los libros elementales «The Koran for Dummies» e «Islam for Dummies» para prepararse antes de su viaje a Siria.

El erudito islámico Tariq Ramadan dice que muchos de los principales comandantes del Estado Islámico no son estudiosos acreditados y, por el contrario, fueron altos funcionarios del gobierno secular del Baath de Saddam Hussein.

Ramadan, profesor de estudios islámicos en la Universidad de Oxford y autor de numerosos libros sobre el islam y la integración de los musulmanes en Europa, dice que los conocedores del islam deben refutar el discurso extremistas de grupos como el Estado Islámico.

«Esta gente distorsiona el mensaje, no está preparada religiosamente», dijo Ramadan. «Los musulmanes en el mundo tienen el deber de responder de manera muy clara».

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