Agencias.- Desde la primera conferencia que el gabinete de seguridad ofreció tras el operativo contra Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, «El Chapo», el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Crescencio Sandoval, aceptó que las fuerzas del orden que protagonizaron el «Culiacanazo» lo hicieron sin el consenso de sus superiores. «Actuaron de manera precipitada con deficiente planeación, así como falta de previsión sobre las consecuencias de la intervención, omitiendo además obtener el consenso de sus mandos superiores».
«Actuaron de manera precipitada con deficiente planeación, así como falta de previsión sobre las consecuencias de la intervención, omitiendo además obtener el consenso de sus mandos superiores»
Ante la duda de, entonces, quién había dado la orden de avanzar contra Ovidio Guzmán, Crescencio Sandoval aseguró que el hombre detrás del «Culiacanazo» era el encargado del Grupo de Análisis de Información (GAIN), el corons.el Juan José Verde Monte Luego, el titular de la Sedena rectificó y explicó que el coronel Verde Montes es el responsable del GAIN, pero no fue el que encabezó el operativo en Culiacán, Sinaloa, aquel jueves 17 de octubre.
Sin embargo, si hubo un error de comunicación entre el grupo de uniformados que encabezó la orden de aprehensión contra Guzmán Loera y el gabinete de seguridad, es responsabilidad de un personaje dentro de Ejército.
Se trata de Inocente Fermín Hernández Montealegre, subjefe de Inteligencia de la Sedena y uno de los mandos del GAIN, así lo asegura el semanario Río Doce. «El 17 de octubre pasado, el general omitió informar al Secretario de la Defensa Nacional que implementarían el operativo para capturar a Ovidio», refiere el medio sinaloense.
El gabinete de seguridad se enteró de los hechos en Culiacán cuando el operativo ya había fallado y decenas de sicarios sostenían enfrentamientos y bloqueaban vialidades para que liberaran a Ovidio Guzmán López.
Sobre las fallas en el operativo, Crescencio Sandoval aseguró que se analiza desde el punto de vista jurídico si se violaron reglamentos o leyes militares durante el «Culiacanazo».
Inocente Fermín Hernández Montealegre fue durante escasos cinco meses titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) de Sinaloa. Llegó a ese puesto luego que el gobernador Quirino Ordaz Coppel removiera de su cargo al general Genaro Robles Casilla el pasado 16 de julio.
En su breve paso por la SSPE, Inocente Fermín tuvo vario tropezones. Apenas seis días después de tomar el cargo, se fugaron dos reos del Centro Penitenciario Aguaruto, en Culiacán.
Los reos son Julián Grimaldi Paredes, operador financiero del Cártel de Sinaloa y Carlos Jesús Salmón Higuera, presunto miembro del grupo de Fausto Isidro Meza Flores, «El Chapo Isidro».
El primero de diciembre, Hernández Montealegre dejó el cargo para, con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder, regresara a la Sedena y se convirtiera en subjefe de Inteligencia.
Anteriormente fue titular del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información de la extinta Procuraduría General de la República (PGR), desde donde se operó el programa Pegasus, para espiar a periodistas y activistas entre 2016 y 2017.
Con ese software espiaron a Carmen Aristegui y a su hijo Emilio, a los periodistas Daniel Lizárraga y Salvador Camarena de la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI); a Carlos Loret de Mola y defensores del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez.
También espiaron al periodista Javier Valdez y tras su asesinato a su esposa Griselda Triana; y a los periodistas de Ríodoce, Ismael Bojórquez y Andrés Villarreal.
Sin embargo, Hernández Montealegre rechazó haber utilizado dicho software y dijo desconocer quien lo había usado.
