Resuelven agonía detrás de «la momia que grita»

Las hipótesis sobre “Hombre desconocido E” son múltiples y han sido alimentadas por la terrorífica expresión con la que ha permanecido momificada durante siglos.

Pero la identidad e historia detrás de “la momia que grita”, expuesta temporalmente en el Museo Egipcio del Cairo, podría ser aún más atemorizante que el dolor que parece acompañarle pues la persona que fue en vida no fue embalsamada como otras: se dejó que su cuerpo se modificara naturalmente en sal por considerarlo impuro.

Nuevos análisis han revelado que este hombre pertenecía a la realeza egipcia, pues fue hijo del faraón Ramses III. Un papiro de la época complementa el cuadro narrando que el faraón habría sido asesinado por uno de esos hijos y este se habría suicidado.

El presunto parricida y suicida, identificado con el nombre de Pentawere, sería “la momia que grita”, toda vez que en su cuello hay marcas que hacen pensar que se ahorcó o fue condenado a ello. El suicidio, entonces como ahora, era considerado impuro y no le hacía acreedor a quien lo cometiera de una sepultura digna, por ello su cuerpo al ser hallado en 1886 estaba envuelto en piel de oveja y su tumba carecía de un identificador.

«Simplemente lo dejaron secar en natrón y luego le echaron un poco de resina en la boca abierta», dijo el egiptólogo Zahi Hawass a Al-Ahram Weekly.

Aún permanece en el misterio si el hijo del faraón murió ahogado en un grito de dolor y arrepentimiento o si su rostro fue manipulado tras su muerte.

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