Le rinde frutos la perseverancia a López Obrador

Ciudad de México.- El tabasqueño obtuvo ayer la Presidencia de la República porque perseveró, porque fue “necio y terco”, como él mismo se califica.

La tercera entrada fue la decisiva para el político de 64 años, amante del beisbol, sobreviviente de un infarto, padre de cuatro hijos y autor de 13 libros.

Inició su carrera política hace 40 años. Pasó del PRI a la resistencia civil pacífica contra ese mismo partido. Bloqueó pozos petroleros y encabezó éxodos que parecían no llegar a tierra prometida. Sufrió la confrontación abierta y descarnada contra el poder, que intentó ponerlo de rodillas en 2005. Aceptó el reto y sobrevivió.

Sus giras no tenían más rumbo que la necesidad de conocer el México profundo. Como ningún político mexicano, ha ido a cada rincón del país: ha comido en pequeños changarros a pie de carretera; conoce cada autopista y libramiento. Ha sido abordado en plena sierra por simpatizantes que sólo le piden unos minutos, palabras, aliento y esperanza.

Es capaz de generar un imaginario de frases y personajes que sintetizan una visión del país que todos entienden: “la mafia del poder”, “por el bien de todos, primero los pobres”, “el innombrable”, “es un complot”, “frijol con gorgojo”.

López Obrador se ha convertido en el político más consistente y relevante del presente siglo en México. Sin ocultarlo, anhela ser reconocido por la historia al lado de Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas. Hoy alcanzó algo que aquellos obtuvieron con el apoyo de las armas: la Presidencia. Aunque, en contraste, el tabasqueño la consiguió por una abrumadora mayoría de votos.

La infancia y la diáspora

Andrés Manuel López Obrador nació el 11 de noviembre de 1953 en Tepetitán, una villa a orillas del Grijalva, perdida en la selva baja tabasqueña y a una hora de Macuspana, la cabecera municipal.

Como cada víspera de elección desde 2006, el pueblo durmió con un sueño: Andrés Manuel volverá como Presidente a ese lugar detenido en el tiempo. Como sucedió hace seis años y como hace 12, esta vez nadie dudó de su victoria.

Nesho es el mayor de siete hermanos que tuvieron una infancia típica del trópico, agobiados por el calor y la falta de oportunidades. En el pueblo se conoce de sobra la historia de la familia, que tenía una tienda de ropa y una zapatería.

Tras concluir la preparatoria, vino un momento clave para él, al obtener una beca para estudiar Derecho en la UNAM. Se trasladó a la Ciudad de México arropado por la Casa del Estudiante Tabasqueño, donde recibió alojamiento.

Egresó en 1976, retornó a su tierra y se afilió al PRI. Participó ese año en la campaña de Carlos Pellicer al Senado. El poeta pensaba que en la lucha los hombres se hacen buenos, idea que quedó grabada en la cabeza del joven Andrés Manuel.

En 1977, el Instituto Nacional Indigenista lo nombró delegado en Tabasco y comenzó sus recorridos para conocer las necesidades de las comunidades, acorraladas por la entonces floreciente industria petrolera que llenó de campos de explotación su estado natal.

Este trabajo lo compartía con la docencia en la Escuela de Ciencias de la Educación, de la Universidad Autónoma de Tabasco.

Ahí conoció a Rocío Beltrán, con quien se casó y procreó a José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo, hoy miembros activos de la dirigencia de Morena.

En 1983 fue nombrado presidente del PRI en Tabasco, cargo que ocupó fugazmente. Un año después fue nombrado director de promoción social del Instituto Nacional del Consumidor, cargo que le permitió seguir en contacto con las comunidades más necesitadas de Tabasco.

Al no tener mayor futuro en el PRI, que estaba copado por la clase política tabasqueña, y ante el surgimiento de la corriente democrática en el tricolor encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, decidió sumarse a ellos. Al final abandonó al PRI para ser candidato del Frente Democrático Nacional a la gubernatura de su estado.

Eran los tiempos en que la maquinaria priista aplastaba todo lo que se le ponía enfrente en el próspero Tabasco. López Obrador perdió la elección ante Salvador Neme Castillo.

En aquella coyuntura se unió a la generación que fundó el PRD, partido del que asumió la presidencia estatal en 1989. En la elección de 1992 para renovar alcaldías y el Congreso local el PRD alegó fraude electoral, por lo que López Obrador inició una caminata hasta la Ciudad de México exigiendo la anulación de los comicios. La presión obligó a Neme a renunciar al cargo y dejar en su lugar a Manuel Gurría.

Fue el primer triunfo político relevante de Andrés Manuel López Obrador.

De líder local a nacional

En 1994 buscó, por segunda ocasión, la gubernatura de Tabasco, enfrentándose al priista Roberto Madrazo. Perdió de nuevo e inició otro “éxodo” al Zócalo de la capital del país, donde exhibió las irregularidades de la elección.

El propio López Obrador cuenta que un día, sin avisar, llegaron unas personas a bordo de un camión a la caravana que acampaba cerca de la Ciudad de México y le entregaron decenas de cajas que contenían las facturas que demostraban que hubo fraude electoral en Tabasco.

El conflicto generó a su vez un rompimiento entre el entonces presidente Ernesto Zedillo y Madrazo, que desembocaría en la derrota priista en las presidenciales de 2000.

Parte del movimiento de protesta de López Obrador contra el gobierno estatal incluyó el cierre de pozos petroleros. En un enfrentamiento con policías le asestaron un macanazo en la cabeza que lo descalabró. Su fotografía con la camisa manchada de sangre es un símbolo de su resistencia civil.

Su siguiente paso lo catapultó a los reflectores nacionales, al ser electo líder nacional del PRD el 2 de agosto de 1996.

Fue con él como dirigente que el sol azteca obtuvo la jefatura de Gobierno en la primera elección para el cargo en 1997.

Al Gobierno del DF

Al concluir su mandato en el PRD, miembros de ese partido vieron claro que el tabasqueño tenía madera para seguir adelante, por lo que en septiembre de 1999 le ofrecieron ser candidato a Jefe de Gobierno en los comicios de 2000. El 2 de julio de ese año ganó por un estrecho margen al panista Santiago Creel Miranda, que contaba con el empuje de la campaña presidencial de Vicente Fox.

Tras su toma de protesta, el 5 de diciembre, demostró que su forma de gobierno rompería paradigmas. Desde sus primeros días estableció la costumbre de reunirse al amanecer con su gabinete de seguridad. También implementó una conferencia matutina diaria que lo convirtió en el político mexicano que más veces compareció en su mandato ante medios de comunicación.

Sus primeras acciones de gobierno fueron a través de la emisión de bandos, una figura poco utilizada hasta entonces, pero permitida.

En 2001 lanzó el programa que se convirtió en la insignia de su administración y luego fue copiado prácticamente por todos los gobiernos, incluyendo el federal: la pensión a ancianos, que se extendió a madres solteras, discapacitados y estudiantes, entre otros sectores.

En noviembre de 2002 anunció la construcción del Segundo Piso en Periférico Sur y Viaducto Miguel Alemán, la obra emblemática de su administración al requerir un esfuerzo logístico sin precedentes y un ejercicio de recursos que fue duramente criticado.

El estilo de AMLO incluyó el Tsuru blanco en el que se trasladaba, vivir en su austero departamento cerca de Ciudad Universitaria y el círculo de colaboradores que a la fecha lo siguen incondicionalmente.

De aquellos años en la jefatura de Gobierno destacan personajes como César Yáñez, Bertha Luján, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.

Pero no todo fue positivo en esa época. Su esposa Rocío se encontraba en fase terminal de una enfermedad del sistema inmune. Murió en enero de 2003 y fue sepultada en Villahermosa.

Proyecto a prueba

En las elecciones locales de 2003 el PRD refrendó la mayoría en la Asamblea Legislativa, pero se gestaba un ataque que pondría a prueba el proyecto que el tabasqueño estaba construyendo.

En marzo de 2004, en un programa de televisión se dieron a conocer videos que exhibían a René Bejarano recibiendo dinero del empresario Carlos Ahumada. El escándalo se desató y López Obrador fue duramente cuestionado, pues Bejarano fue su secretario particular de 2000 a 2003. Bejarano aceptó toda la responsabilidad, exculpó a AMLO y fue encarcelado temporalmente.

En 2005 se desató el juicio que cimbró a López Obrador. Todo se decidió el 7 de abril, tras un largo proceso judicial y mediático: la Cámara de Diputados lo desaforó por no haber aceptado la reposición del daño por construir indebidamente una vialidad en un predio particular, en Santa Fe. No pisó la cárcel porque la entonces panista Gabriela Cuevas se adelantó a pagar la multa de dos mil pesos.

El 24 de abril, ya desaforado, encabezó una manifestación al Zócalo. Ahí anunció que iniciaba un periodo de resistencia civil y adelantó que renunciaría a la jefatura de Gobierno. Así se convirtió en candidato natural a la Presidencia de la coalición Por el Bien de Todos.

El 2 de julio de 2006 la victoria esperada a su favor no llegó. En la elección más reñida de la historia reciente de México se impuso Felipe Calderón por 245 mil votos, 0.7% del total válido emitido.

López Obrador denunció fraude electoral y convocó a sus simpatizantes a salir a las calles e iniciar un plantón en Paseo de la Reforma que duró mes y medio.

Fueron tiempos trepidantes para Andrés Manuel en todos los sentidos. Tras la muerte de su esposa Rocío, inició una relación sentimental con Beatriz Gutiérrez Muller, quien fuera funcionaria en el área de Comunicación de la jefatura de Gobierno. La pareja se casó el 16 de octubre de 2006 y se convirtieron en padres de Jesús Ernesto el 23 de abril de 2007.

Tras replantear su proyecto a futuro y aprovechando el impulso que había alcanzado, convocó a una Convención Nacional Democrática el 20 de noviembre de 2006 en el Zócalo. Fue nombrado por la asamblea ahí reunida como presidente legítimo de México. Presentó un gabinete y anunció que realizaría giras por el país e iniciaría un proceso de credencialización de sus simpatizantes.

Con una férrea oposición al gobierno federal, llegó a las elecciones de 2012.

Segundo intento

MÉXICO, D.F., 20ABRIL2015.- Andrés Manuel López Obrador líder del Movimiento de Regeneración Nacional acudió al arranque de campaña de la candidata en Iztapalapa por MORENA Clara Brugada Molina realizado en el deportivo Santa Cruz Meyehualco.
FOTO: SAÚL LÓPEZ /CUARTOSCURO.COM

En su búsqueda de la candidatura presidencial, López Obrador no tuvo un paso tan abierto como seis años antes. Entendió que los partidos que lo postulaban no le garantizaban control absoluto sobre su campaña presidencial.

El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), herencia de la Convención Nacional Democrática, se registró como asociación civil en octubre de 2011 y efectuó su primer congreso nacional el 20 de noviembre de ese año.

Paralelamente, el PRD acordó que su candidato sería electo vía encuestas y que ganaría quien tuviera una mejor posibilidad de enfrentar a Enrique Peña Nieto.

Marcelo Ebrard llegó con el empuje de haber encabezado la jefatura de Gobierno. El 15 de noviembre de 2011 se dieron a conocer los resultados y Ebrard salió mejor calificado en cuanto a confianza, pero la popularidad de López Obrador fue el principal motivo por el que el PRD decidió que sería su candidato presidencial.

El 16 de marzo de 2012, AMLO protestó nuevamente como candidato del PRD, junto con los partidos PT y Movimiento Ciudadano, para conformar la coalición Movimiento Progresista.

A diferencia de 2006, comenzó por debajo en las encuestas, a 20 puntos en promedio de distancia del priista. Sin embargo, en los resultados finales López Obrador quedó a seis puntos de Peña Nieto, lo que significó un repunte espectacular e hizo que las encuestadoras reconocieran que sus procedimientos de medición no fueron acertados.

Tras la derrota, en lugar de retirarse, López Obrador optó por seguir recorriendo el país y concretar Morena.

El 3 de diciembre de 2013 el tabasqueño sintió un dolor en el pecho que se agudizó rápidamente.

La madrugada del 4 fue hospitalizado de emergencia. Se le diagnosticó un infarto al miocardio y fue sometido a una angioplastia para colocarle un stent, un dispositivo metálico que se introduce en la arteria coronaria para mantenerla abierta y que el flujo sanguíneo quede restaurado. Cuatro días después salió del hospital e inició su etapa de recuperación.

Una vez repuesto inició una nueva gira por el país promoviendo a Morena, que obtuvo el registro como partido político el 9 de julio de 2014.

El camino hacia la tercera candidatura estaba listo y lo llevaba, una vez más, por una gira por todos los municipios del país.

Por aclamación, López Obrador fue nombrado candidato presidencial de Morena el 18 de febrero de 2018.

Campaña y triunfo

El candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, de MORENA, saluda a sus simpatizantes durante un evento de campaña en Ciudad Juárez, México, el domingo 1 de abril de 2018. (AP Foto/Christian Torres)

Los 90 días de campaña confirmaron que López Obrador se ha reinventado. Del político que hizo de la confrontación una estrategia, queda poco.

El empresario Alfonso Romo le mostró que los grandes capitales no eran enemigos. Los expresidentes panistas Manuel Espino y Germán Martínez demostraron que los antiguos enemigos ahora podrían ser colaboradores.

La asesoría de Manuel Bartlet expuso que, en su nueva versión, López Obrador está dispuesto a olvidar ofensas, fraudes y persecuciones.

La operación política de Marcelo Ebrard en Estados Unidos y el norte del país, y de Ricardo Monreal en la zona más panista de México, hicieron patente que el tabasqueño planeaba fortalecerse con comunidades de migrantes y en entidades que en las dos elecciones pasadas le costaron la derrota.

En su campaña reeditó sus recorridos por el país, volando por las mañanas y pasando el resto del día de mitin en mitin. Tras 12 años en campaña ha aprendido qué resortes accionar para provocar la risa, el enojo o la esperanza de quienes lo escuchan en la plaza pública.

Difícilmente se le observó serio, aunque por momentos era abrumado en restaurantes, aeropuertos e incluso a bordo de los aviones por simpatizantes que le pedían tomarse una selfie.

“Obrador”, como le gritan las multitudes en las plazas, escuchó todo tipo de propuestas, reclamos y sugerencias con una paciencia monástica. Recibió miles de papeles, fólders y sobres con saludos y proyectos.

Cerró su tercera candidatura comiendo en pequeños comederos, conociendo de primera mano el costo de la gasolina que cargaba su chofer en la camioneta, utilizando los sanitarios de las estaciones de servicio. Llegando a los aeropuertos antes del amanecer y bajando de los aviones cerca de la medianoche.

En cada pueblo y ciudad ofreció volver con un plan específico para acabar con la inseguridad, para fomentar el empleo, para verlos de nuevo a la cara, pues su Presidencia, insistió, “será itinerante”.

Hasta el cierre de campaña en el Estadio Azteca este tercer recorrido del candidato presidencial fue estridente, aplastante, agotador y tuvo un ingrediente primordial: la simpatía de una joven generación que votó por primera vez y que, más abiertos al mundo, no lo ven como un peligro para nadie.

El niño Nesho que nadó tantas tardes en el Grijalva de su tierra, logró, por fin, llegar a la otra orilla. (Excelsior)

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