Chihuahua.- César Duarte no sólo tenía su corona, El Saucito, también tenía su trono, uno muy especial y valioso: un sillón blanco con el escudo del Vaticano que usó el papa Francisco en su primera y única visita a México en 2016.
Ni los reos de Ciudad Juárez a los que ofició una misa se atrevieron a tanto. Pero sí su anfitrión, el ex gobernador de Chihuahua que se apropió, por llamarlo de alguna manera, del mueble usado por el pontífice.