Tala en Bosques de San Francisco; dinero e impunidad

En un estado en que su clima extremo y árido debería obligar a reforestaciones urbanas masivas por Ley, nos damos cuenta tristemente una vez más que dinero compra la impunidad. No hace ni siquiera unos días que la sociedad chihuahuense se indignó y exigió a las autoridades castigo para los responsables de la tala de árboles para colocar publicidad del candidato a la presidencia Ricardo Anaya en otro estado, cuando de nueva cuenta vemos que el dinero es capaz de salirse siempre con la suya y peor aún …que las autoridades definitivamente no están aquí para hacer cumplir la normatividad y son cómplices de estas atrocidades..

La semana pasada, para ser exactos el viernes 8 de junio, en un exclusivo fraccionamiento de la ciudad, Bosques de San Francisco, en la calle Escondido, talaron un árbol de gran tamaño, de varios años de edad y sano, debido a que dañaban una barda perimetral.

De frondoso follaje y en contubernio con el Comité de Vecinos y su disque área de Ecología, este árbol fue arrancado por causar daños a la barda de una residencia, que por cierto no dañaba la estructura de la casa, ni ponía en riesgo los cimientos de esa «lujosa mansión».

El enorme ejemplar de alamo con más de 50 cm de diámetro, el cual no únicamente daba un verdor a este «exclusivo fraccionamiento», sino proveía de servicios ambientales como lo es sombra, dar oxigeno a residentes y no residentes, y era hogar y refugio para la fauna, no lo hará nunca mas, pues sólo dejaron leña.

A pesar de que la normatividad marca qué se debe hacer en estos casos, y existen empresas que se dedican a la reubicación de árboles de gran tamaño y además el álamo es una especie que permite trasplantarse por esquejes, hemos comprobado una vez mas que en Chihuahua el dinero no es igual a educación, que el capricho de una sola persona, solapado por gente igual ignorante e influyente, como el dueño de esa mansión y ante la vista gorda de las autoridades, pues puede más que las necesidades urgentes de una ciudad que requiere vegetación y falta de agua, y que muchos años atrás se caracterizaba por tener hermosos álamos, símbolo de la prosperidad, ahora tristemente son talados, tirados y remplazados cada vez más por palmeras y por el árbol de moda del político en turno. Sólo nos queda exigir:

1) Que este ecocidio haya contado con la autorización correspondiente de la oficina de Ecología de municipio como lo marca el Reglamento de Protección al Ambiente del municipio de Chihuahua en su art. 86 fracc. II y art. 112.

Y 2) Que la próxima vez que y un frondoso árbol se le ocurra dañar la barda de un «lujoso fraccionamiento», los vecinos se asesoren antes de cometer tal brutalidad ante la mirada inactiva de las autoridades.

 

 

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