Atención coleccionistas: el próximo 13 de julio se subasta una auténtica joya sobre ruedas, anhelada tanto por los amantes de vehículos Aston Martin como por los acérrimos aficionados a la saga de películas de Jame Bond. Se trata del ejemplar original DB5 de 1965que Pierce Brosnan condujo en el filme GoldenEye , estrenado en las salas de cine de todo el mundo en 1995.
Independientemente de la motivación que mueva a los pujantes a realizar su oferta en la subasta que llevará a cabo Bohnhams durante el mítico Festival de la Velocidad de Goodwood, todos deberán tener algo en común. Nos referimos a una solvente cuenta corriente, ya que se prevé que el automóvil alcance un precio de entre 1,2 y 1,6 millones de libras esterlinas (entre 1,38 y 1,84 millones de euros).
Esta cifra es muy superior a la que abonó su actual propietario, Max Reid, quien lo adquirió en 2001 por unos 180.000 euros para regalárselo a su esposa por San Valentín. Sin embargo, no es tan elevada como la que alcanzó el Aston Martin DB5 que había conducido Sean Connery en la entrega Goldfinger (1964). Aquel ejemplar se vendió en 2010 por nada menos que unos 3,8 millones.
“Este DB5 es uno de los modelos clásicos británicos más deseados y reconocibles del mundo, amén de que ser el último coche de Bond”, afirma Sholto Gilbertson, director del departamento de motor de Bonhams. Asimismo, asegura que muchos aficionados tienen grabado en su memoria en pasaje de la película en la que el famoso agente secreto 007 persigue a Xenia Onatopp y su Ferrari 355 a través de las colinas que rodean el principado de Mónaco.
La unidad que se subasta, también exhibida en el Museo Nacional del Motor, es una de las tres que se utilizaron en el rodaje de GoldenEye. Bajo el capó esconde un motor de cuatro litros de 282 CV, asociado a una transmisión manual de cinco relaciones. Además de montar tapicería de cuero negro, también equipaba un cofre para dejar una botella de champán. Es probable que quien adquiera el ejemplar descorche una para celebrarlo.