Las películas basadas en videojuegos son, por lo general, malas. Street Fighter es la muestra de ello.
Sin embargo, pese a las malas críticas la producción de 1994 fue un éxito financiero. No obstante, dos décadas después lo que sorprende son las revelaciones del excesivo consumo de cocaína por parte de su estrella principal, de acuerdo con The Guardian.
Luego del éxito del videojuego Street Fighter a inicios de los 90, una adaptación cinematográfica fue el pasó comercial más lógico. Entonces el elegido para encabezar el proyecto fue el guionista Steven De Souza -quien había escrito con éxito Duro de matar y muchas otras películas de acción-, quien logró crear un tono que le gustaba a Capcom.
Los productores le cedieron el proyecto a De Souza, pero con algunas condiciones, entre ellas muchas ideas para el casting, incluida la necesidad de contar con una estrella de acción de primer nivel y un villano reconocido. Con esto como base, Jean Claude Van Damme y Raúl Julia fueron las dos elecciones. Sin embargo, la producción estuvo plagada de problemas.
Apenas llegó la producción a Bangkok. Raúl Julia sufrió en secreto de cáncer de estómago y lucía «como un esqueleto». Simultáneamente, el ejército tailandés cerró todos los caminos del país en medio de rumores de un posible golpe de Estado, y los actores se vieron obligados a viajar en bote de alta velocidad por canales durante la madrugada.
La locación para todas las tomas interiores era un almacén con techo de hojalata llenó de agujeros de bala y con goteras. Sumado a todo esto, su actor principal tenía un hábito de cocaína de 10 mil dólares por semana.
«No podía hablar de eso en ese momento, pero ahora puedo: a Jean-Claude se le escapó la mente», dijo De Souza al medio británico. «El estudio había contratado a un custodio para que se ocupara de él, pero desafortunadamente éste fue una mala influencia. […]. En dos ocasiones, los productores le permitieron ir a Hong Kong, y en ambas ocasiones volvió tarde, los lunes simplemente no estaba allí», agregó.