El hit «Despacito», de los puertorriqueños Luis Fonsi y Daddy Yankee, rompió todos los récords en 2017 y el domingo podría hacer historia si se corona como mejor canción o grabación en los Grammy, que en esta edición vuelven a celebrarse en Nueva York por primera vez en 15 años.
Y es que el éxito los puertorriqueños, con remix de Justin Bieber, es el primer tema en español de la historia de los «Oscar de la música» que compite en las categorías reina, a las que se suma una tercera nominación como mejor interpretación de pop de dúo/grupo.
El hit que ya triunfó en noviembre en los Grammy Latinos y que desbancó a «Sorry» del propio Bieber como la canción más reproducida de la historia en streaming, compite con «The Story of O.J.», de Jay-Z; «24K Magic», de Bruno Mars, «Humble», de Kendrick Lamar y «Redbone», de Childish Gambino como mejor grabación del año.
El título de mejor canción se lo diputa con «4:44», de Jay-Z; «Issues», de Julia Michaels, «1-800-273-8255», de Logic y «That’s What I Like», de Mars.
El ritmo latino abre así una pequeña brecha en unos premios que se entregan en 84 categorías y que este año dejan en evidencia la supremacía del rap y el hip-hop en la industria musical estadounidense, dando la espalda al pop.
Los raperos estadounidenses Jay-Z (con 21 Gammys en su haber) y Kendrick Lamar (con siete, cinco de ellos conseguidos el año pasado), son con diferencia los favoritos de este año, con ocho y siete nominaciones respectivamente. Pero pese a sus continuos éxitos, es la primera vez que Jay-Z, de 48 años, opta a la categoría de mejor álbum por «4:44», que se disputa con «Awaken, My Love!», de Gambino; «Damn.», de Lamar; «Melodrama», de la neozelandesa Lorde, y «24K Magic», de Mars.