LOS que sí se pasaron de rosca y groseros son los encargados del Comité Estatal de Morena, pues resulta, desde el fin de semana el Pelón Latorre había anunciado una rueda de prensa el lunes a las 9 de la mañana, hora en la que todavía ni siquiera le abrían el edificio.
Apenado, tuvo que dar unas declaraciones banqueteras a los medios, hasta que lagañosa y con peinado de Gloria Trevi en sus tiempos mozos, llegó apresurada una encargada con llave y por fin pudieron entrar prensa y encargados.
Adentro las mesas ni siquiera tenían mantel, no había café preparado, no estaba lista el cañón en el cual presentarían unas imágenes claves para el tema que deseaban exponer y… bueno, tampoco nadie del Comité Estatal ni del Consejo lo acompañó.
La división de Morena es evidente, el grupo de los ahijados incondicionales de Ariadna no acepta nuevos miembros porque quieren agandallar todo pero hay formas, y el maltrato y la falta de atención a sus candidatos comienzan a calar. “Arrieros somos”.
Y ya que andamos por los chismes de Morena, el viperino aprovecha para comentar del tiro abierto que traen América Aguilar y Brighite Granados, presidenta del Comité Estatal de Morena y dedo chiquito de Ariadna Montiel y Cuauhtémoc Estrada.
El conflicto entre camaradas del politburó Chihuahuita comenzó en la colonia UP en mero jueves 25 de abril de madrugada, cuando los petistas quisieron acompañar a los morenistas en el templete, y la de juaritos se los impidió.
La causa fue que en distritos locales Morenos y Petistas van aparte, cada quien por su rancho, y Granados no quiso compartir créditos con nadie. Ni cacha, no picha ni deja batear.
Dicen los chismosones que Lilly Aguilar al saber el desplante hacia su gente y su carnala de sangre, pegó el grito en el cielo y anotó el asunto en su lista de rencorosos pendientes, esos que con el tiempo se cobran.
Lo cierto es que Brighite lejos de unir, divide, trae un desmother en la organización y comunicación tanto al interior con grupos de militantes y exterior con la militancia en general y medios de comunicación. Hay quienes hasta la tachan de aviadora.
YA pintada de guinda la columna, los morenistas locales, incluida la candidata presidencial Claudia Sheinbaum se fueron con todo hace días contra la gobernadora del Estado María Eugenia Campos, pero todo quedó en llamarada de petate. Le buscaron por donde dañar, pero fue mero berrinche por qué ganar en Chihuahua lo ven complicado.
No pudieron comprobar la supuesta intromisión del Ejecutivo en el proceso electoral, y no existe aún denuncia formal.
Es el delegado especial de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum y secretario el Comité Ejecutivo Nacional de Morena Carlos Castillo, quién queda mal con esa dizque estrategia.
Según el moreno hubo una reunión del presidente de Acción Nacional Marco Cortés con los gobernadores panistas, que recibieron la instrucción puntual de impedir a toda costa el triunfo de Morena en los estados donde ellos gobiernan el dos de junio, por qué hubo una reunión en privado entre la gobernadora Campos y la candidata Xóchitl Gálvez.
Les duele, han señalado, que persigan al alcalde de Ciudad Juárez, pero lo que no sabe es que desde adentro de mismo Morena están moliendo a Cruz Pérez Cuellar, y los orquestadores en posición de importancia son Juan Carlos Loera, Andrea Chávez, Javier Corral y posiblemente, Ariadna Montiel.
Para Carlos Castillo, el estado está utilizando las instituciones a favor de un partido político, como ya lo denunció Cuauhtémoc Estrada de que hay un nado sincronizado entre las instituciones del Estado, primero fue el Tribunal Estatal Electoral sancionando de manera irregular a los candidatos y candidatas a diputados locales, y después sancionaron a tres regidoras y regidores por haber defendido el derecho a la transparencia, luego queriendo retirar la candidatura de la diputada Ilse América García y sacando de su casa al alcalde juarense Cruz Pérez Cuéllar.