SIETE religiosos han sido asesinados en el país en lo que va del sexenio del presidente López Obrador.
De acuerdo con cifras del Centro Católico Multimedial, Chihuahua hizo historia con dos hechos violentos, y los demás Estados han sido en la Diócesis de Matamoros, Guanajuato, Durango, Morelos, y Baja California.
ANDRES Manuel López Obrador y Maru Campos hacen historia en Chihuahua. Sus nombres, salen en todos los medios locales, nacionales e internacionales. Ambos han desnudado al Estado Mexicano.
¿Qué hace López Obrador? Dar abrazos, pues van siete los religiosos asesinados en el país durante su mandato.
¿Qué hace Maru Campos ante la tragedia en Cerocahui? Sale a dar una conferencia de prensa para decir que ella se creció con Jesuitas, y para decir nada de los asesinos o capturas.
¿Qué hace la Fiscalía General del Estado? Cambiar versiones, como siempre. Ahora se les puso decir que el guía de turistas SIEMPRE NO llegó al templo de Cerocahui corriendo a pedir ayuda a los sacerdotes, pues lo perseguía un pistolero, sino que fue llevado hasta ahí por sus captores, y ante los jesuitas lo mataron, junto con ellos.
El mismo vaticano manejó que los presbíteros murieron protegiendo a un inocente, y siempre no, el Estado les cambia la versión, y dicen que los verdugos llevaron al civil para asesinarlo al interior junto con los padres.
También el Gobierno del Estado calla que los mismos sicarios “levantaron” a dos hombres, una mujer y un niño del hotel que esta frente a la Iglesia.
LA VERSIÓN a Sin Pelos en la Lengua, no confirmada, señala que “El Chueco” mató a los padres sin compasión, delante de la esposa e hija de él. Posterior lo metió a la Iglesia, y a uno de los cuerpos de los jesuitas le prendió fuego.
“¿Por qué lo hicieron?” esa es la pregunta que esperan contestar las autoridades de manera oficial.
JOAQUÍN Mora y Javier Campos, sacerdotes asesinados en Cerocahui, Chihuahua, un Estado donde puedes matar mujeres, y niños sin culpables.
El Padre Joaquin Mora, conocido como el padre Morita, tenía 81 años y destacaba por su actitud de servicio, y muy querido. El padre Javier Campos era el actual Superior de la Misión Jesuita en la Sierra Tarahumara, y era conocido por sus hermanos como el «padre Gallo». Un hombre muy inteligente, valorado por sus superiores eclesiásticos.
La tarde del lunes, 20 de junio, fueron asesinados y sus cuerpos robados por hombres armados, según señala el Vaticano que se fue hasta México, y de allí, a Chihuahua donde gobierna una mujer que se forjó con los Jesuitas, y condeno al ingobernabilidad.
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