Chihuahua.- A sus 22 años, se convirtió en una leyenda. Usando una larga falda tradicional, y huaraches de plástico, una indígena orgullosamente mexicana ha logrado conquistar la sierra, las montañas y el mundo. Su nombre, es Lorena Ramírez, y esta joven rarámuri, la mujer de los pies ligeros y el temple de acero, logró ganar el tercer lugar en el Ultramaratón de Tenerife.
Con una larga falda floreada, se convirtió en una de las principales protagonistas en Tenerife España, el pasado 9 de junio. Sin tener un entrenamiento como cualquier deportista de alto rendimiento, recorrió 102 kilómetros en un tiempo de 20 horas, 11 minutos y 37 segundos; toda la preparación se la dio su vida y sus costumbres, pues para llevar agua y leña a su casa cada día, debe atravesar montañas, pendientes rocosas y caminos peligrosos que se extienden a kilómetros de su hogar.
Lorena, se ha colgado en el cuello una medalla que brilla en color cobre. El metal que reconoce su triunfo es tan rojo como los rayos del sol que se posan sobre las montañas de Chihuahua, tierra que vio nacer a esta incansable luchadora, cuyo único objetivo era la meta. Conforme sus pies se iban acercando a paso veloz, su corazón latía cada vez más fuerte, se aceleraba a tal ritmo que casi se le salía del pecho, pero en el último suspiro y tras una gran bocanada de aire, el triunfo la esperaba, como si desde el principio de los tiempos, esa medalla tuviera grabado su nombre, nombre que hoy el mundo reconoce.
Lorena Ramírez es una guerrera, una que nació para correr, y para poner el nombre de México en alto. Muchas gracias Lorena, gracias por demostrar de qué estamos hechos, eres un orgullo digno de compartirse.
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